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Tentado y probado

A Esteban le encanta la libertad y flexibilidad que le da su trabajo como chofer de alquiler privado. Entre otras cosas, puede comenzar y dejar en cualquier momento, y no tiene que rendir cuentas a nadie de su tiempo y movimientos. Pero dijo que, irónicamente, esa es la parte más difícil.

El espíritu navideño

En un almuerzo de Navidad en nuestra iglesia, celebramos las culturas de los invitados internacionales. Allí aplaudí alegremente junto al sonido de la darbuka (una especie de tambor) y el oud (instrumento parecido a una guitarra), mientras la banda interpretaba el tradicional villancico de Oriente Medio, Laylat al-Milad, que significa «Noche de Navidad». La letra recuerda a los oyentes que el espíritu de Navidad se halla en servir a otros, ofreciendo agua a una persona sedienta o consolando a alguien que llora.

Oración por la voluntad de Dios

Cuando era nueva en mi fe en Jesús, tomé mi Biblia devocional y leí un versículo conocido: «Pedid, y se os dará» (Mateo 7:7). El comentario explicaba que lo que realmente debemos pedirle a Dios es que nuestra voluntad coincida con la suya. Al buscar que su voluntad se cumpla, estaríamos seguros de recibir nuestra petición. Era un concepto nuevo para mí, y oré para que la voluntad de Dios se hiciera en mi vida.

Cuando la vida se manifestó

En 1986, el desastre nuclear en Chernóbil, Ucrania, captó la atención mundial. Era vital detener la radiación. Los letales rayos gamma de los escombros altamente radioactivos destruían los robots usados para limpiar el caos.

Dios me conoce

Cuando mi hermana encontró un libro de cuentos de nuestra infancia, mi mamá, que ahora tiene más de 70 años, estaba gozosa. Recordó todos los detalles divertidos de un oso que robaba miel y lo perseguía un enjambre de abejas enojadas. También la risa de mi hermana y mía cuando anticipábamos la huida del oso. «Gracias por contarnos cuentos cuando éramos niñas», le dije a mi mamá. Ella conoce toda mi historia, incluso cómo era de niña. Ahora, que soy adulta, sigue conociéndome y entendiéndome.

Personas que animan

«Puro ánimo». Esto dijo J. R. R. Tolkien para describir el apoyo que su amigo y colega C. L. Lewis le brindó mientras él escribía la épica trilogía El señor de los anillos. El trabajo de Tolkien había sido meticuloso y exigente, y había escrito a máquina más de dos veces los extensos manuscritos. Cuando se los envió a Lewis, este respondió: «Todos los largos años que invertiste en esto valieron la pena».

Buena reputación para Cristo

Mientras estudiaba en la Universidad Estatal de Florida, Charlie Ward competía en dos deportes. En 1993, el joven mariscal de campo ganó el trofeo Heisman como mejor jugador de fútbol americano universitario del país, y también se destacó en el baloncesto.

Una respuesta agradecida

Pescado crudo y agua de lluvia. Un marinero australiano sobrevivió con solo estas provisiones durante tres meses. Abandonado en una isla a casi 2.000 kilómetros del continente, ya perdía las esperanzas. Pero entonces, la tripulación de un barco pesquero vio el bote y lo rescató. Más tarde, el delgado y curtido hombre declaró: «Al capitán y la empresa de pesca que salvaron mi vida, ¡estoy tan agradecido!».

Orden de alejamiento

Un hombre solicitó en los tribunales una orden de alejamiento contra Dios. Declaró que había sido «particularmente cruel» con él y mostrado una «actitud gravemente negativa». El juez desestimó la demanda, diciendo que el hombre necesitaba ayuda, pero no de la justicia sino para su salud mental. Una historia verídica: cómica, pero también triste.

Perdonado por Dios

Cerca de la fiesta de Acción de Gracias, el presidente de los Estados Unidos recibe en la Casa Blanca dos pavos para otorgarles el indulto presidencial. En lugar de servirlos como plato principal para esa celebración, esos pavos viven seguros por el resto de su vida en una granja. Aunque no pueden entender la libertad que se les ha concedido, la extraña tradición anual resalta el poder vivificador del perdón.