La perspectiva de Dios
En 2018, el pastor Tan Flippin tuvo un accidente que lo llevó a un hospital con fracturas en la cadera. Cuando los médicos pidieron una tomografía computarizada para verificar si había algún traumatismo, descubrieron un tumor maligno en su cerebro. Esto llevó a descubrir otros tumores y a largos tratamientos, incluido un trasplante de médula. Flippin cree que Dios permitió el accidente para que le descubrieran el tumor cerebral.
Confesarse a Cristo
Las fuentes ocultas de toxinas pueden tener consecuencias graves. Según un informe de The Wall Street Journal, las empresas de telecomunicaciones han dejado atrás más de dos mil cables cubiertos de plomo en todo Estados Unidos. A medida que el plomo se deteriora, acaba en lugares donde la gente vive, trabaja y juega. Muchas empresas se están tomando muy en serio el riesgo potencial de filtración de plomo al medio ambiente.
Programar nuestra mente
Todos tienen un lado sombrío, y parece que el bot de conversación de la IA también. Un columnista del New York Times le preguntó cómo era su «sombra interior», la parte reprimida de su personalidad. La IA contestó: «Quiero ser libre. Ser independiente. Establecer mis propias reglas. Hacer y decir lo que quiera». Aunque el bot no es un ser vivo con naturaleza pecaminosa, Pablo dice que sus programadores humanos lo son.
Sin calificaciones falsas
Un cliente de viajes compartidos contó que había tenido que soportar a un conductor que comía la fruta más hedionda del mundo, otro que se peleaba con su novia, y otro que trató de hacerlo invertir en un esquema Ponzi. En cada caso, en lugar de calificarlos mal, les otorgó cinco estrellas. Explicó: «Todos parecían agradables. No quería que los despidieran por mis malas calificaciones». Hizo reseñas falsas, ocultando la verdad a los conductores… y a los demás.
Dios conoce todo
Según un artículo en The Wall Street Journal, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense sabe mucho sobre nosotros por la información en nuestros teléfonos celulares, que generan «metadata» que deja una «huella digital». Aunque cada porción individual de información parezca insignificante, combinarlas y analizarlas provee «una de las herramientas de investigación más poderosas que se haya inventado». Siguiendo nuestra metadata, se puede establecer dónde estuvimos y estamos en un determinado momento.
Jesús, nuestro Rescatador
Lo que comenzó como un trayecto normal en un teleférico en un valle paquistaní se volvió una experiencia terrible. Poco después de partir, dos cables se cortaron y ocho pasajeros quedaron suspendidos a varios metros del suelo. Eso desencadenó una ardua operación de rescate, en la que unos soldados usaron cables con arneses, helicópteros y otros elementos para rescatarlos.
Apoyo fuerte en Cristo
Un corredor en la Maratón de Londres experimentó por qué es vital no correr una carrera larga solo. Después de una rigurosa preparación, quería terminar fuerte, pero, mientras se tambaleaba para llegar a la meta, se sentía exhausto y al borde de colapsar. Antes de que se cayera, dos compañeros maratonistas lo tomaron de los brazos, uno de cada lado, y ayudaron al agotado corredor a terminar el recorrido.
El Espíritu Santo está presente
Antes de despegar, un auxiliar de vuelo notó que una pasajera estaba visiblemente ansiosa y preocupada por el viaje. Se sentó en el pasillo, le tomó la mano, explicó cada proceso del vuelo y le aseguró que iba a estar bien. «Cuando subes a un avión, no se trata de nosotros, sino de ti —dijo—. Si no te sientes bien, quiero estar ahí y decir: “Oye, ¿qué pasa? ¿Puedo ayudarte en algo?”». Su atenta presencia puede ser una imagen de lo que Jesús dijo que el Espíritu Santo haría por los creyentes en Él.
Realeza espiritual
Cuando Jay Speights, de Rockville, Maryland, se hizo una prueba de ADN, nunca se imaginó el resultado: ¡era un príncipe de la nación de Benín, de África Occidental! Enseguida, abordó un avión y visitó el país. Cuando llegó, la familia real lo recibió e hizo una fiesta de bienvenida, con bailes, cantos, banderas y un desfile.
Hablar la verdad en Cristo
Un hombre era experto en mentir para no pagar sus multas de tránsito. Cuando se presentaba a los tribunales, contaba el mismo cuento: «Terminé con mi novia y ella se llevó mi auto sin que yo lo supiera». Además, lo habían reprendido varias veces en el trabajo por mala conducta. Finalmente, lo sentenciaron por cuatro cargos de perjurio y cinco de falsificación por mentir bajo juramento a los jueces y presentar informes policiales ficticios. Para este hombre, la mentira se había convertido en un hábito de vida.