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El foco correcto

Conocíamos a Kha desde hacía más de un año. Formaba parte de nuestro grupo pequeño de la iglesia que se reunía semanalmente para compartir lo que habíamos aprendido sobre Dios. Una noche, mencionó haber competido en las Olimpíadas. Fue tan al pasar que casi no lo noté. Casi. Oh sorpresa… ¡me enteré de que conocía a un atleta que había competido por la medalla de bronce! No podía entender que no lo hubiera mencionado antes, pero para Kha, si bien esa era una parte especial de su historia, cosas más importantes eran vitales para su identidad: su familia, su comunidad y su fe.

Gota a gota

«En todo / buscamos maneras agradables de servir a Dios», escribe la creyente del siglo xvi Teresa de Ávila. Reflexiona de manera dolorosa en cómo buscamos mantener el control a través de métodos más fáciles y «agradables» en lugar de consagrarnos por completo a Dios. Tendemos a desarrollar lenta, tentativa y reticentemente nuestra plena confianza en Él. Y por eso, Teresa confiesa: «A medida que entregamos nuestras vidas a ti / poco a poco, / debemos estar contentos / de recibir tus dones gota a gota, / hasta que hayamos consagrado nuestras vidas completamente a ti».

Clamar a Dios

En su libro Adopted for Life [Adoptado de por vida], el Dr. Russell Moore describe el viaje de su familia a un orfanato para adoptar a un niño. Cuando entraron en la guardería, el silencio era sorprendente. Los bebés nunca lloraban, y no porque nunca necesitaran nada, sino porque habían aprendido que a nadie le importaba lo suficiente como para responder.

El amor protector de Dios

Una noche de verano, las aves cerca de casa prorrumpieron en un chirrido caótico, que se agudizó mientras lanzaban llamados penetrantes desde los árboles. Por fin nos dimos cuenta del motivo: al caer el sol, un halcón grande voló desde la copa de un árbol, haciendo que las aves se dispersaran frenéticas y dando la alarma mientras huían del peligro.

Lavar los pies… y los platos

Cuando cumplieron 50 años de casados, Charley y Jan desayunaron en un café con su hijo Jon. Ese día, el restaurante tenía poco personal: solo un encargado, la cocinera y una joven que hacía de recepcionista, camarera y limpiando las mesas. Cuando terminaron de desayunar, Charley les preguntó a su esposa e hijo: «¿Tienen algo importante que hacer en las próximas horas?». Contestaron que no.

Escoger seguir a Dios

«La persona promedio tomará 773.618 decisiones durante su vida», afirma el Daily Mirror. El periódico británico continúa asegurando que «lamentaremos haber tomado 143.262 de ellas». No tengo idea de cómo llegaron a estos números, pero está claro que enfrentamos incontables decisiones a lo largo de nuestra vida. La mayor cantidad de ellas podría volverse paralizante; en especial, cuando consideramos que todas tienen consecuencias, algunas mucho más trascendentales que otras.

Aprender de los errores

La Biblioteca de los Errores se fundó en Edimburgo, Escocia, para ayudar a evitar errores financieros como los de 1929 y 2008 que derrumbaron la economía mundial. Su colección de más de 2.000 libros puede ayudar a instruir a la próxima generación de economistas. Es un ejemplo perfecto de cómo «las personas inteligentes siguen haciendo cosas estúpidas», dicen sus curadores, quienes sostienen que la única manera de desarrollar una economía fuerte es aprender de los errores previos.

Servir a otros por Jesús

A la actriz Nichelle Nichols se la recuerda por interpretar a la teniente Uhura en la serie Viaje a las estrellas. Ese papel fue un éxito personal para ella, al convertirla en la primera mujer afroamericana en un programa de televisión importante. Pero su mayor éxito estaba por venir.

Absorber el mal

El desastre nuclear en Fukushima, en 2011, causado por un terremoto, liberó enormes cantidades de toxinas y obligó a evacuar a más 150.000 residentes. Uno de ellos dijo: «Es como si una nieve invisible cayera sin parar sobre Fukushima, cubriendo la zona». La elevada radiación se manifestó en las cosechas, la carne y «focos» a cientos de kilómetros de la planta. Para combatir la contaminación, los habitantes empezaron a plantar girasoles, que se sabe que absorben la radiación. Plantaron más de 200.000 semillas, y ahora Fukushima está repleta de girasoles.

Soportar en Cristo

Cuando estudiaba en el seminario, teníamos un culto semanal. En uno de ellos, mientras cantábamos «Cuán grande es Dios», observé a tres de nuestros amados profesores cantando fervorosos. Sus rostros irradiaban gozo, lo cual solo era posible por la fe que tenían en Dios. Años después, cuando enfrentaron enfermedades terminales, fue esa fe la que les permitió soportar y alentar a otros.