Razón para temer
Cuando era pequeño, el patio de la escuela era donde los acosadores ejercían su mayor poder, y chicos como yo recibíamos esas burlas casi sin protestar. Acobardados por el temor ante nuestros atormentadores, había algo aún peor; sus provocaciones de: «¿Estás asustado? Me tienes miedo, ¿no? Aquí no hay nadie que te proteja».
¿Quién soy?
Robert T. Lincoln vivió bajo la enorme sombra de su padre, el amado presidente norteamericano Abraham Lincoln. Mucho después de la muerte de su padre, su identidad quedó oculta bajo la presencia abrumadora de su progenitor. Nicholas M. Butler, amigo íntimo de Lincoln, escribió que Robert solía decir: «Nadie me quería a mí para secretario de guerra; querían al hijo de Abraham Lincoln. Nadie me quería para ministro en Inglaterra; querían al hijo de Abraham Lincoln. Nadie me quería para presidente de la compañía Pullman; querían al hijo de Abraham Lincoln».
Silencio, por favor
Green Bank, en Virginia Occidental, es una pequeña comunidad en los escarpados montes Apalaches. El pueblo se asemeja a decenas de pequeñas poblaciones de la zona… pero con una importante excepción: ninguno de los 142 residentes tiene acceso a internet. La razón es evitar que las señales de las torres de wifi o de telefonía celular interfieran con el Observatorio Green Bank, cuyo telescopio está constantemente enfocado hacia el cielo. Como resultado, ese pueblo es uno de los lugares tecnológicamente más silenciosos de Norteamérica.
Recordar el sacrificio
Luego de la reunión de adoración el domingo por la mañana, mi anfitrión moscovita me llevó a almorzar a un restaurante fuera del Kremlin. Al llegar, observamos una fila de parejas recién casadas, en ropa de boda, que se acercaban a la Tumba del soldado desconocido. La felicidad de su día incluía recordar los sacrificios de otros para ayudar a que ese día fuera posible. Fue conmovedor verlos tomar fotos junto al monumento y depositar flores de la boda en su base.
Cuenta la historia
Robert Todd Lincoln, hijo del presidente norteamericano Abraham Lincoln, estuvo presente para tres sucesos importantes: la muerte de su propio padre y los asesinatos de los presidentes James Garfield y William McKinley.
Campanas de basalto
El basalto azulado es una variedad fascinante de roca. Al golpearlas, ciertas piedras de basalto resuenan con un sonido musical. Maenclochog, una aldea galesa cuyo nombre significa «campana» o «piedras sonoras», usó el basalto azulado para campanas de iglesia hasta el siglo xviii. Es notable que las ruinas de Stonehenge, en Inglaterra, estén construidas con estas rocas, lo que hace suponer que el propósito original del monumento fuera musical. Algunos investigadores afirman que el basalto azulado de Stonehenge fue llevado desde Maenclochog debido a sus particulares propiedades acústicas.
Amigos y enemigos
El erudito Kenneth E. Bailey contó sobre el líder de una nación africana que había aprendido a establecer y mantener una postura inusual en la comunidad internacional: una buena relación, tanto con Israel como con las naciones circundantes. Cuando alguien le preguntó cómo su nación sostenía ese frágil equilibrio, respondió: «Elegimos a nuestros amigos. No alentamos a nuestros amigos a elegir [por nosotros] a nuestros enemigos».
Información y evidencias
Cuando Dorris Kearns Goodwin decidió escribir un libro sobre Abraham Lincoln, el hecho de que ya se habían escrito 14.000 libros sobre el decimosexto presidente de Estados Unidos la intimidó. ¿Qué más se podía decir sobre este amado líder? Al final, su nueva visión sobre el estilo de liderazgo de Lincoln hizo que el libro fuera muy valorado y criticado favorablemente.
La multitud
«Se ha descubierto que los hombres resisten a los monarcas más poderosos y rehúsan inclinarse ante ellos», señaló la filósofa y escritora Hannah Arendt. Y agregó: «Pero pocos resisten a la multitud, defienden solos sus convicciones ante las masas descarriadas, enfrentan sin armas su implacable furor». Como judía, Arendt fue testigo de esto en su Alemania natal. Hay algo aterrador en ser rechazado por el grupo.
Oí las campanas
«Oí las campanas en Navidad», basado en un poema de Henry W. Longfellow, es un villancico inusual. En lugar del gozo de la esperada Navidad, la letra es un lamento que clama: «Y desesperado incliné mi cabeza / No hay paz en la tierra, dije. / Porque el odio es fuerte y se burla de la canción / de en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres». Sin embargo, este lamento se convierte en esperanza, asegurándonos que «Dios no está muerto ni dormido. / El mal fracasará, el bien prevalecerá / con paz en la tierra, buena voluntad para con los hombres» (trad. lit.).