Palabras de despedida
Antes de morir, John M. Perkins dejó un mensaje para los que quedarían atrás. Conocido por abogar por la reconciliación racial, dijo: «El arrepentimiento es la única manera de volver a Dios. A menos que se arrepientan, todos perecerán».
El evangelio en lugares inesperados
Hace poco, me encontraba en un lugar que había visto en películas y televisión innumerable cantidad de veces: Hollywood, California. Allí, en las laderas de Los Ángeles, esas enormes letras blancas se extendían con orgullo mientras las veía desde la ventana de mi hotel.
Cuando te sientas solo
A las siete de la noche, Hui-Liang estaba en la cocina, comiendo arroz y albóndigas de pescado recalentadas. La familia de al lado también estaba cenando, y la conversación y sus risas cortaban el silencio de su apartamento donde había vivido solo desde la muerte de su esposa. Había aprendido a vivir en soledad; y con los años, su aguda tristeza se había adormecido. Pero esa noche, ver en la mesa un solo plato y un par de palillos lo afectó profundamente.
Amontonar brasas sobre los enemigos
Daniel soportaba golpizas diarias del mismo guardia de la prisión. Sentía que Dios lo instaba a amar a ese hombre, así que una mañana, antes de que comenzara la paliza, dijo: «Señor, si lo voy a ver todo los días por el resto de mi vida, hagámonos amigos». El guardia respondió: «No, nunca seremos amigos». Daniel insistió, extendiendo la mano para estrechársela.
Dinero fácil
A finales del siglo xviii, un hombre descubrió una depresión misteriosa en la isla Oak, en Nueva Escocia. Suponiendo que los piratas habían enterrado allí un tesoro, con dos compañeros empezaron a cavar. Nunca encontraron nada, pero el rumor continuó vivo. Durante siglos, otros han seguido cavando, invirtiendo gran cantidad de tiempo y dinero. Ahora, el pozo tiene más de 30 metros de profundidad.
Recordar el sacrificio
Luego de la reunión de adoración el domingo por la mañana, mi anfitrión moscovita me llevó a almorzar a un restaurante fuera del Kremlin. Al llegar, observamos una fila de parejas recién casadas, en ropa de boda, que se acercaban a la Tumba del soldado desconocido. La felicidad de su día incluía recordar los sacrificios de otros para ayudar a que ese día fuera posible. Fue conmovedor verlos tomar fotos junto al monumento y depositar flores de la boda en su base.
Él nos hace nuevos
A Shawn Seipler, un ejecutivo que viajaba mucho, le preocupaba qué pasaba con los jabones que quedan en los hoteles. Pensaba que, en lugar de tirarlos, podían encontrar nueva vida. Entonces, fundó «Limpiemos el mundo», un emprendimiento de reciclaje que ha ayudado a más de 8.000 hoteles, navieras y centros turísticos a convertir millones de kilos de jabones descartados en nuevas barras de jabón esterilizadas. Enviadas a personas necesitadas en más de 100 países, ayudan a prevenir incontables enfermedades y muertes relacionadas con la higiene. Seipler dijo: «Sé que suena cómico, pero esa pequeña barra de jabón de tu hotel puede salvar literalmente una vida».
El poder ilimitado de Dios
Lo aparentemente imposible ocurrió cuando los vientos huracanados cambiaron la corriente del caudaloso río Mississippi. En agosto de 2021, el huracán Ida tocó tierra en la costa de Louisiana, con el asombroso resultado de una «corriente negativa»: el agua fluyó río arriba durante horas.
La fe proviene del oír
Cuando el pastor Roberto tuvo una lesión que le afectó la voz, entró en quince años de crisis y depresión. Se preguntaba qué hace un pastor que no puede hablar. Mientras luchaba con esta pregunta, derramaba su angustia y confusión ante Dios. Sabía que lo único que debía hacer era leer la Palabra de Dios. Mientras lo hacía, su amor a Dios fue creciendo. Dijo: «Dediqué mi vida a absorber las Escrituras y sumergirme en ellas, porque la fe viene por oír una y otra vez la palabra de Dios».
Paso a paso
Varios equipos de tres integrantes se preparaban para la carrera de cuatro patas. Los de los costados tenían las rodillas y los tobillos atados al del medio; todos mirando fijo hacia la línea de llegada. Cuando sonó el silbato, empezaron a avanzar. La mayoría se cayó y luchó para volver a pararse. Algunos decidieron saltar en vez de caminar. Otros abandonaron. Pero un equipo esperó para salir, estableció un plan y se comunicó mientras avanzaban. Tambalearon un poco, pero siguieron y, pronto, pasaron a los demás. Su voluntad de cooperar, paso a paso, les permitió cruzar juntos la meta.