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Articles by Adam R. Holz

Jesús quita la mancha

«¡¿Será… posible?!», grité mientras revolvía buscando mi camisa en la secarropas. Cuando la encontré, había algo más… estaba manchada con tinta. En realidad, parecía la piel de un jaguar: manchas de tinta por todos lados. Era evidente que no había revisado los bolsillos, y un bolígrafo que goteaba había manchado toda la carga.

Dios me ama y le gusto

Pareciera que los «me gusta» —esos pulgares hacia arriba en Facebook— siempre han estado con nosotros, pero este símbolo virtual de afirmación solo existe desde 2009.

Personalidad y dones dados por Dios

Hace décadas, fui a un retiro universitario donde todos hablaban de un test de personalidad. «¡Yo soy ISTJ!», dijo uno. «Yo, ENFP», dijo otro. Estaba desconcertado… y dije en chiste: «Yo soy ABCXYZ».

«Ayuda mi incredulidad»

«¿Dónde está mi fe?… incluso en el fondo, no hay nada sino vacío y oscuridad […]. Si Dios existe, por favor, perdóname».

Tranquila fidelidad en Cristo

Al principio no lo noté.

Apetito de distracción

Dejé mi teléfono a un lado, cansado del bombardeo de imágenes y notificaciones. Después, lo levanté y volví a encenderlo. ¿Por qué?

Sin recuerdo de los pecados

Nunca vi el hielo. Pero lo sentí. La parte trasera de la camioneta que estaba conduciendo —de mi abuelo— derrapó. Un giro, dos, tres… y volé hacia un terraplén de 4,5 metros. Recuerdo haber pensado: Esto sería maravilloso si no estuviera por morirme. Al instante, la camioneta rodó por la profunda ladera hasta el fondo. Salí como pude de la cabina, sin un rasguño.

Más que embajadores de marcas

La competición en la era de internet se ha vuelto feroz. Las empresas no dejan de desarrollar formas creativas para atraer clientes. Toma por ejemplo los vehículos Subaru. Por la famosa lealtad de los dueños de Subarus, la compañía invita a los «superfanáticos subis» a convertirse en «embajadores de la marca». Dice: «Los embajadores Subaru son un grupo exclusivo de individuos enérgicos que ofrecen su pasión y entusiasmo para hablar a otros de Subaru». La empresa quiere volverse parte de la identidad de las personas, de modo que estas no puedan evitar compartir su pasión.

«Llevar disimuladamente» el pecado

Winston sabe que no tiene que masticarlos. Entonces, adoptó una astuta estrategia. Nosotros la llamamos llevar disimuladamente. Si Winston ve un zapato abandonado y desprotegido, se mueve con indiferencia en esa dirección, lo toma y sigue caminando como si nada. Disimuladamente. Y si nadie lo nota, sale por la puerta. «Oye, mamá, Winston acaba de llevar disimuladamente tu zapato».

El evangelio en lugares inesperados

Hace poco, me encontraba en un lugar que había visto en películas y televisión innumerable cantidad de veces: Hollywood, California. Allí, en las laderas de Los Ángeles, esas enormes letras blancas se extendían con orgullo mientras las veía desde la ventana de mi hotel.