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Alguien te oye

En el libro Physics [Física], Charles Riborg Mann y George Ransom Twiss preguntan: «Cuando un árbol cae en un bosque solitario y no hay ningún animal cerca para oírlo, ¿hace algún ruido?». A través de los años, esta pregunta generó debates filosóficos y científicos sobre el sonido, la percepción y la existencia. Sin embargo, no ha surgido una respuesta definitiva.

Siempre confiable

Me preocupo por todo. Lo peor es a la mañana temprano porque estoy sola con mis pensamientos. Por eso, pegué esta cita de Hudson Taylor en el espejo de mi baño, donde puedo verla cuando me siento vulnerable: «Hay un Dios vivo. Él ha hablado en la Biblia. Siempre dice la verdad y hará todo lo que ha prometido».

Este amor es real

«Sentí como si hubiera caído en un pozo —dijo Julia—. La conmoción del descubrimiento fue como una puñalada». Se enteró de que su novio estaba saliendo con otra chica. Su noviazgo previo había terminado igual. Por eso, cuando oyó en un estudio bíblico sobre el amor de Dios, no pudo evitar preguntarse: ¿Será este otro engaño? ¿Saldré lastimada si le creo a Dios cuando dice que me ama?

Vuelve a casa con Dios

Una tarde, mientras fui a correr cerca de una obra en construcción en nuestro vecindario, un gatito flacucho y sucio me maulló de forma lastimera y me siguió a casa. Hoy, Mickey es un hermoso y saludable gato adulto, y disfruta de una vida confortable en nuestra casa y del profundo amor de mi familia. Siempre que corro por la calle donde lo encontré, pienso: Gracias, Dios. Mickey se salvó de vivir en la calle. Ahora tiene un hogar.

No es una pérdida

Mi amigo Ruel asistió a una reunión de exalumnos de la secundaria en la casa de un compañero. La mansión frente al mar, cerca de la Bahía de Manila, tenía lugar para 200 personas, e hizo que Ruel se sintiera insignificante.

Cuando tengas miedo

Tenía programado un examen médico, y aunque no había tenido problemas de salud recientes, le temía a la consulta. Me atormentaba el recuerdo de un diagnóstico inesperado de hacía años. Aunque sabía que Dios estaba conmigo y que debía confiar en Él, igualmente tenía miedo.

Dios redime nuestro dolor

Olivia observó cómo su amigo cargaba el equipo de odontología en su auto. Era un dentista amigo y le había comprado todos esos materiales. Tener su propio consultorio había sido el sueño de Olivia durante años, pero cuando su hijo nació con parálisis cerebral, se dio cuenta de que tenía que dejar de trabajar para poder cuidarlo.

Por causa del evangelio

Corría el año 1916, y Nelson acababa de graduarse de médico en su tierra natal. Poco después, ese año y con seis meses de casados, él y su esposa llegaron a China. A los 22 años se convirtió en cirujano del único hospital en una zona de, al menos, dos millones de habitantes. Junto con su familia, vivieron allí 24 años, dirigiendo el hospital, realizando cirugías y compartiendo el evangelio con miles de personas. Anteriormente llamado «diablo extranjero» por los que desconfiaban de los foráneos, Nelson Bell llegó a ser conocido como «la Campana [Bell, en inglés] que ama al pueblo chino». Su hija Ruth se casó más tarde con el evangelista Billy Graham.

¿Me seguirás amando?

Lyn-Lyn, de diez años, por fin había sido adoptada, pero tenía miedo. En el orfanato donde había crecido, la castigaban por el más mínimo error. Entonces, le preguntó a su mamá adoptiva, que era amiga mía: «Mamá, ¿me amas?». Cuando mi amiga le contestó que sí, la niña preguntó: «Y si cometo un error, ¿me seguirás amando?».

Confía en su nombre

Cuando era niña, hubo un tiempo en que no quería ir a la escuela. Algunas chicas me acosaban con burlas crueles. Entonces, en los recreos, me refugiaba en la biblioteca, donde leí una serie de libros de cuentos cristianos. Recuerdo la primera vez que leí el nombre «Jesús». No sé por qué, pero sentí que era el nombre de alguien que me amaba. Entonces, cada vez que entraba en la escuela, temiendo el tormento que me esperaba, oraba: «Jesús, protégeme». Me sentía más fuerte y más tranquila al saber que Él me cuidaba. Con el tiempo, las chicas simplemente se cansaron y dejaron de acosarme.