Escucha las piedras
Después de un servicio conmemorativo para mi padre a orillas del río, cada miembro de la familia eligió una piedra para ayudar a recordarlo. Su vida había sido una mezcla de victorias y derrotas, pero sabíamos que nos amaba.
Recordatorios útiles del Espíritu
Un año, acepté cantar en un evento deportivo de mi hijo. Cuando entré en el campo con los equipos alineados a ambos lados, cerré los ojos y oré. Después de cantar los primeros versos, me quedé paralizada. En ese momento, no podía recordar la siguiente línea. Un hombre detrás de mí susurró las palabras que había olvidado. En cuanto oí el útil recordatorio, canté el resto de la letra con confianza.
Dolor por amor
Un hombre llamado Hidesaburō Ueno daba clases en la Universidad Imperial de Tokio en la década de 1920. Todas las tardes volvía en el tren de las 15:00 y se encontraba a su perro, Hachiko, esperándolo. Un día, el profesor sufrió un derrame cerebral durante la clase y murió. Como no bajó del tren de la tarde, Hachiko se quedó un rato y luego se fue a casa. El perro volvió al día siguiente a las tres, y al siguiente, durante diez años. La lealtad de Hachiko conmovió los corazones de muchos japoneses, que acudían a sentarse con él.
La hermana Wright
La mayoría de la gente conoce a los hermanos Wright —Orville y Wilbur—, que inventaron, construyeron y pilotaron con éxito el primer avión a principios del siglo xx. Pero pocos conocen el nombre Katherine Wright. Sin embargo, ella fue esencial para el éxito de la máquina voladora. Mientras sus hermanos se concentraban en los detalles y experimentos que condujeron a su invento, Katherine los ayudó en silencio y con cariño. Mantuvo su tienda de bicicletas (la fuente de ingresos de los hermanos), dejó su trabajo de profesora para atender a Orville tras un accidente aéreo y manejó la creciente fama de sus hermanos.
Olvidar nuestros pecados
Julie y su marido sintieron tristeza y remordimiento cuando se enteraron de que su hija había robado en varias tiendas. Pero con la ayuda de Dios, la perdonaron y la ayudaron a reparar el daño y a recibir terapia. Algunos meses después de la revelación, cuando su hija hizo un comentario fuera de lugar acerca de que ya no podían confiar en ella, Julie se preguntó: ¿Qué querrá decir? No pensó inmediatamente en la ofensa de su hija porque Dios le había quitado el escozor de la mente. Le había pedido a Dios que la ayudara a perdonar.
Soportarse unos a otros
El otro día, paré detrás de un auto en un semáforo en rojo y observé una pegatina que anunciaba: «Nuevo conductor. Por favor, tenga paciencia». Dada la agresividad al volante que experimentamos, es un buen recordatorio para tener paciencia con los demás conductores.
Dios con nosotros año tras año
Un estudio danés analizó el fenómeno que la mayoría ha experimentado: percibirnos más jóvenes de lo que realmente somos. Los resultados sugieren una constante: sea cual sea nuestra edad actual, todos nos vemos un 20 % más jóvenes. Una persona de 50 años tiende a percibirse de 40.
Hospitalidad en Jesús
Durante el movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, la famosa cocinera de Nueva Orleans, Leah Chase, preparó comida para quienes marchaban por la igualdad de derechos para todos. Dijo: «Luchaban por algo y no sabían lo que iban a encontrar cuando salieran. Pero cuando estaban aquí, sabían que yo les daría de comer. Eso es lo que podía hacer por ellos».
Un dilema espiritual
En promedio, una persona consulta su teléfono 150 veces al día. Piensa en esto un momento. Algo ha captado nuestra atención, y puede que no sea para nuestro bien. Tristan Harris lo cree. Es una de las voces de un documental con algunos de los principales nombres de la tecnología, personas que nos introdujeron en las «redes sociales». En este documental titulado El dilema de las redes sociales, sus voces hacen sonar una alarma: «Nosotros somos el producto. Nuestra atención es el producto que se vende a los anunciantes». Prestamos atención a lo que consideramos valioso o digno. Y en un sentido muy real, llegamos a adorar aquello a lo que prestamos atención.
Los tesoros de nuestro Padre
Es solo una vieja navaja de bolsillo, desgastada por el tiempo, pero era uno de los tesoros de mi padre. Un día me la dio y me dijo: «Es una de las pocas cosas que tengo de tu abuelo». Mi abuelo murió cuando mi padre era joven, y papá atesoraba la navaja porque atesoraba a su padre.