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El Sol de justicia

La primera novela extensa de Ernest Hemingway, Fiesta, donde relata la historia de unos amigos infelices que llevan cicatrices, tanto literales como figuradas, de la Primera Guerra Mundial, refleja claramente las páginas del libro de Eclesiastés. Allí, el rey Salomón se refiere a sí mismo como «el Predicador» (v. 1), y tras señalar que «todo es vanidad» (v. 2), se pregunta: «Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo?» (v. 3). Ve que el sol sale y se pone, que el viento sopla de un lado a otro, que los ríos van al mar y este nunca se satisface (vv. 5-7); y que, en definitiva, todo se olvida (v. 11).

Nueva identidad en Cristo

«Ya no soy lo que fui. Soy una nueva persona». Estas sencillas palabras de mi hijo, dichas a los alumnos de su escuela, describen el cambio que Dios hizo en su vida. Exadicto a la heroína, Geoffrey se veía anteriormente a través de su pecado y errores. Pero ahora se ve como un hijo de Dios.

La ciudad justa

En vísperas de Año Nuevo de 2000, unos oficiales en Detroit abrieron una cápsula del tiempo de 100 años de antigüedad. Adentro había predicciones de algunos líderes de la ciudad, que expresaban visiones de prosperidad. Sin embargo, el mensaje del alcalde era diferente. Escribió: «Quisiera [… que] se den cuenta como nación, pueblo y ciudad, de que han crecido en justicia, porque esto exalta a una nación».

Almas atribuladas, oraciones sinceras

Tres días antes de que una explosión sacudiera su casa en 1957, el Dr. Martin Luther King Jr. tuvo un encuentro que lo marcaría por el resto de su vida. Después de recibir una llamada telefónica amenazante, consideró abandonar el movimiento de los derechos civiles. Después, empezó a orar. «Estoy defendiendo lo que creo que es correcto. Pero ahora tengo miedo. No me queda nada. Sé que no puedo enfrentarlo solo». King señaló: «Casi de inmediato, mis temores empezaron a desaparecer. Mi incertidumbre se desvaneció. Estaba listo para enfrentar lo que fuera».

La corona de la vida

Una niña de doce años estaba preocupada porque llegaría tarde a su carrera de 5 kilómetros. Su ansiedad la llevó a salir con el grupo equivocado de corredores, que participaban de la media maratón (¡21 kilómetros!). Después de 5 kilómetros, cuando la línea de llegada no se veía por ninguna parte, se dio cuenta de que estaba en una carrera más larga y difícil. En lugar de abandonar, siguió corriendo. La maratonista por accidente completó su carrera y llegó en el lugar 1.885 entre 2.111 competidores. ¡Eso sí que es perseverancia!

Suplir las necesidades de los demás

El padre de Felipe sufría de una enfermedad mental severa y había dejado su casa para vivir en la calle. Después de buscarlo todo el día junto con su mamá, Cindi, Felipe se sentía muy preocupado, y lo apenaba que pudiera tener frío. Entonces, se propusieron recolectar y distribuir mantas y ropa para el frío entre las personas sin techo de la zona. Durante más de una década, Cindi se ha dedicado a esto, atribuyéndole a su hijo y a su profunda fe en Dios esta conciencia de las dificultades de vivir en la calle.

La sabiduría de Dios salva vidas

Una cartera se preocupó al ver que se acumulaba el correo de una de sus clientes. Sabía que la anciana vivía sola y que buscaba su correo del buzón todos los días. Esta empleada del correo decidió hablar con uno de los vecinos. El vecino alertó a otro que tenía una llave de la casa de la mujer y, juntos, entraron y la encontraron en el suelo. Se había caído hacía cuatro días y no podía levantarse ni pedir ayuda. La sabiduría, el interés y la decisión de actuar de la cartera probablemente le salvaron la vida.

El día después de Navidad

Después de Navidad, el día siguiente parecía anticlimático. Nos habíamos quedamos hasta tarde y no habíamos dormido bien. Después, nuestro auto se averió mientras volvíamos a casa, y tomamos un taxi en medio de la nieve, con una sensación de desencanto.

La promesa del nacimiento de Cristo

En noviembre de 1962, el físico John W. Mauchly dijo: «No hay razón para suponer que un niño no pueda dominar una computadora personal». Su predicción parecía sorprendente entonces, pero probó ser asombrosamente acertada. Hoy, usar una computadora o un dispositivo móvil es una de las habilidades más tempranas que un niño adquiere.

La estrella de Navidad

«Si encuentras esa estrella, siempre puedes hallar el camino a casa». Esas fueron las palabras de mi padre cuando me enseñó a localizar la Estrella Polar cuando era niño. Papá había servido en el ejército durante la guerra, y hubo momentos en los que su vida dependió de orientarse por el cielo nocturno. Lo más importante era encontrar esa estrella. Si sabía dónde estaba, obtendría un sentido de orientación dondequiera que estuviera, y podría encontrar mi camino.