Eres amado
Para expresar su tristeza, la pequeña Allie escribió en una madera que puso en un parque: «Para ser sincera, estoy triste. Nadie quiere estar conmigo, y perdí a la única persona que me escucha. Lloro cada día».
Ver un futuro de esperanza
Después de la devastación del huracán Katrina, en 2005, Nueva Orleans trabajó lentamente para reconstruirse. Una de las áreas más afectadas fue el Barrio Lower Ninth, donde los residentes carecieron de acceso a los recursos básicos durante años. Burnell Cotlon trabajó para cambiar eso. En noviembre de 2014, abrió allí la primera tienda de alimentos. «Cuando compré el edificio, todos pensaron que estaba loco —recordó—. Pero la primera clienta lloró porque […] nunca pensó que el [vecindario] iba a volver». Su madre dijo: «Mi hijo vio algo que yo no vi. Me alegro de que […] aprovechó la oportunidad».
Peregrinación de la vida
Más de doscientos millones de personas de diversas creencias hacen una peregrinación cada año. Para muchos, la tarea de un peregrino ha sido viajar a un lugar sagrado —como un templo, una catedral, un santuario u otro destino— para recibir alguna clase de bendición.
Aprender los unos de los otros
Antes de que Zoom fuera una herramienta de comunicación accesible, una amiga me pidió que me conectara con ella por video para hablar sobre un proyecto. Por el tono de mis mensajes, se dio cuenta de que estaba desconcertada, así que sugirió que buscara a un joven que me ayudara a configurar una videollamada.
El humilde Jørn
Nadie creía que el agricultor Jørn sirviera de mucho. Sin embargo, a pesar de sus problemas de visión y otras limitaciones físicas, durante las numerosas noches que el dolor lo mantenía despierto, oraba fervientemente por sus vecinos en la aldea noruega. En oración, iba casa por casa, nombrando a cada persona; incluso a los niños que aún no conocía. A la gente le encantaba su espíritu afable, y buscaban su consejo y sabiduría. Si no podía ayudarlos de forma práctica, igualmente se sentían bendecidos cuando se iban, tras recibir su amor. Y cuando Jørn murió, su funeral fue el más grande de la comunidad, aunque no tenía familia allí. Sus oraciones dieron fruto más allá de lo que jamás imaginó.
Asombrado ante Dios
Una fobia se define como el «temor angustioso e incontrolable» ante ciertas cosas o situaciones. La aracnofobia es el miedo a las arañas (¡aunque algunos sostengan que es racional tenerles miedo!). También están la globofobia y la chocolatofobia, incluidas entre alrededor de 400 más, reales y documentadas. Al parecer, podemos volvernos temerosos de casi todo.
Rico en buenas obras
Después de siete décadas de arduo trabajo como lavandera —fregando, escurriendo y secando ropa a mano—, Oseola McCarty estaba lista para jubilarse a los 86 años. Todo ese tiempo, había ahorrado cuidadosamente sus magras ganancias, y para asombro de su comunidad, donó 150.000 dólares a una universidad para ofrecer becas a estudiantes necesitados. Su donación altruista inspiró a cientos de personas, y su inversión se triplicó.
Casa de adoración
Cuando la Cámara de los Comunes fue bombardeada en la Segunda Guerra Mundial, el primer ministro Winston Churchill le dijo al Parlamento que debían reconstruirla según su diseño original: pequeña, para que los debates fueran cara a cara; rectangular, no semicircular, para que los políticos se movieran «por el centro». Eso preservaba el sistema de partidos de Gran Bretaña, donde la Izquierda y la Derecha estaban frente a frente, y se requería pensarlo bien antes de cambiar de lado. Churchill concluyó: «Damos forma a nuestros edificios y, después, ellos nos dan forma a nosotros».
Utilízame
A James Morris se lo describió como «un laico analfabeto pero afectuoso». Sin embargo, Dios lo utilizó para guiar a Augustus Toplady a la fe en Jesucristo. Toplady, el autor del inmortal himno Roca eterna, en el siglo xviii, describe lo que pensó al oír predicar a Morris: «Es extraño que yo […] fuera llevado cerca de Dios […] en medio de un puñado de Su pueblo reunido en un granero, y bajo el ministerio de alguien que apenas podía deletrear su nombre. Sin duda, es obra del Señor, y es maravilloso».
Nuevo y seguro
Durante tres años, aparte de las necesidades básicas del hogar, Susana no se compró nada para ella. La pandemia de Covid-19 afectó sus ingresos, y ella adoptó un estilo de vida sencillo. «Un día, mientras limpiaba mi apartamento, observé lo desgastadas que lucían mis cosas —compartió—. Fue entonces que empecé a echar de menos la sensación de renovación y entusiasmo. Mi entorno parecía triste y estancado. Sentí como si no hubiera nada que esperar del fututo».