Un amigo a medianoche
«¿A quién puedes llamar a medianoche cuando todo anda mal?». Esta pregunta me sacudió cuando la oí por primera vez. ¿Cuántas de mis amistades eran suficientemente fuertes para importunarlas cuando las necesitara? No estaba seguro.
Sustentados por Dios
Con mi familia, trajimos a mi papá a vivir a casa. Una enfermedad degenerativa requería que estuviera las 24 horas en cama y con una sonda nasogástrica, así que estábamos adaptándonos a las nuevas rutinas médicas. Yo también estaba planificando un procedimiento gástrico para mi mamá y lidiando con los exigentes clientes en mi trabajo. Abrumada, un día busqué privacidad en el baño y clamé a Dios: Ayúdame, Padre. Por favor, dame fuerzas para atravesar los días que vienen.
Ver y servir
«En la vida, a veces vemos cosas que no podemos no ver», dijo Alexander McLean a un entrevistador. A los 18 años, había ido a Uganda a ayudar en cárceles y hospicios. Fue allí que vio algo que no pudo no ver: un hombre desamparado tirado junto a un retrete. McLean lo cuidó durante cinco días, pero el hombre murió.
La prueba de nuestra fe
En 304 d.C., el emperador romano Maximiano entró victorioso en la ciudad de Nicomedia. Se organizaron desfiles mientras los ciudadanos se reunían para agradecer a dioses paganos por la victoria… todos excepto una iglesia llena de personas que adoraban al único Dios verdadero. Maximiano entró en la iglesia con un ultimátum: renunciar a la fe en Cristo para escapar del castigo. Se negaron, y todos fueron asesinados cuando el emperador ordenó que incendiaran la iglesia con los creyentes adentro.
Dios, nuestro lugar seguro
Habíamos estado viajando en auto durante quince horas, y era ya de noche cuando una alerta de tornado captó nuestra atención: debíamos protegernos de inmediato. Justo en ese momento, relámpagos explotaron en el cielo y el viento empezó a presionar contra el auto. Aceleramos para salir de la autopista y estacionamos cerca de un edificio de cemento de un hotel. Entramos corriendo, agradecidos de encontrar refugio.
Talentos y dones dados por Dios
En una conmovedora función del musical Pilgrim, Leisa estaba parada frente a una sección especial para sordos, y mediante el lenguaje de señas, interpretó expresivamente la presentación. El musical, basado en el libro de Bunyan, El progreso del peregrino, fue profundamente conmovedor, pero también lo fue la interpretación de Leisa.
Lugar correcto, momento correcto
Una convención de enfermería se estaba llevando a cabo en un hotel, cuando un invitado tuvo un infarto cardíaco. De inmediato, varios cuidadores se acercaron para mantenerlo vivo. El invitado quedó increíblemente agradecido a todos de que estuvieran en el lugar correcto en el momento correcto.
Guiados por el Espíritu Santo
Cuando el GPS sugirió una ruta que reduciría casi una hora el viaje de Las Vegas a Los Ángeles, Shelby Easler y su hermano siguieron las indicaciones. Pero el «atajo» los llevó durante horas por un camino de tierra y perdidos en medio de una tormenta de polvo en el Desierto de Mojave, en California. Aunque pudieron regresar, al final tuvieron que ser remolcados debido a todo el daño que el terreno escarpado había hecho al auto. El creador de la aplicación se disculpó con numerosos viajeros que siguieron esas indicaciones equivocadas.
Persistir en la oración
Cuando la hija de Royston, Hannah, sufrió un derrame cerebral que le produjo un coma, él y su familia acudieron a Dios en oración con persistencia. Durante los meses de espera, se aferraron unos a otros… y a Dios. La fe de la familia se reavivó, por lo que Royston reflexionó: «Nunca hemos sentido a Dios tan cerca». En la terrible experiencia, recibieron «una renovación de la fe para persistir en la oración», como «la viuda de Lucas 18».
Refugios protectores de Dios
Durante un viaje en familia, pasé horas conduciendo por los escasamente habitados estados de Montana y Dakota del Sur. En el camino, empecé a observar un patrón: vastas extensiones de tierra con arboledas que rodeaban las casas. Mientras intentaba mantener la camioneta en el carril ante los fuertes vientos, entendí que los árboles no solo estaban allí por un tema de belleza, sino que fueron plantados intencionalmente para proteger las casas y a sus ocupantes de las ráfagas de viento que azotaban esos lugares.