Dios conoce todo
Según un artículo en The Wall Street Journal, la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense sabe mucho sobre nosotros por la información en nuestros teléfonos celulares, que generan «metadata» que deja una «huella digital». Aunque cada porción individual de información parezca insignificante, combinarlas y analizarlas provee «una de las herramientas de investigación más poderosas que se haya inventado». Siguiendo nuestra metadata, se puede establecer dónde estuvimos y estamos en un determinado momento.
Devolverle a Dios
Un año, los líderes de nuestra congregación nos invitaron a dar ofrendas, además de las semanales, para construir un gimnasio para servir a la comunidad. Después de considerar en oración los gastos médicos por padecer una discapacidad, le pregunté a mi esposo: «¿Estás seguro de que podemos hacerlo?». Él asintió y dijo: «No le estamos dando a Dios nada que…
Miedo a lo desconocido
El primer día del año, el miedo me despertó a las tres de la mañana. La enorme carga que traería el año me abrumaba. Enfermedades en la familia me habían preocupado desde hacía tiempo, y ahora, el futuro me atemorizaba. ¿Ocurrirán más cosas malas?, pensaba.
La promesa de Dios más allá de las ruinas
Cuando el huracán Laura azotaba el Golfo de México en dirección a la costa estadounidense de Louisiana, las advertencias eran alarmantes. Un alguacil, ante vientos de 240 kilómetros por hora, emitió este mensaje impactante: «Por favor, evacúen. Pero si deciden quedarse y no podemos llegar adonde están, escriban su nombre, dirección, número de seguridad social y familiar cercano, y colóquenlo en una bolsita plástica en su bolsillo. Oramos para que no se llegue a esto». Los equipos de rescate sabían que, cuando Laura tocara tierra, lo único que podrían hacer sería ver el paso destructor de la tormenta.
La historia de Jesús
La mayoría de la gente nunca oyó sobre Kate Hankey, pero fue una mujer notable. Maestra, evangelista, organizadora escolar, misionera y poeta, sirvió fielmente a Jesús en la Inglaterra del siglo xix. En 1867, contrajo una grave enfermedad. Mientras se recuperaba, escribió un extenso poema en dos partes: «La historia deseada» y «La historia contada», donde expresa de una forma muy personal su relación con Jesús y los acontecimientos de su vida.
La mano de Dios
En 1939, ante el reciente comienzo de la guerra para Gran Bretaña, en su discurso de Navidad transmitido por radio, el rey Jorge vi procuró alentar a los ciudadanos del Reino Unido y la Comunidad Británica de Naciones a confiar en Dios. Citó un poema que le encantaba a su madre: «Sal a la oscuridad y pon tu mano en la mano de Dios. / Eso te será mejor que la luz y más seguro que un camino conocido» (trad. lit.). El rey no sabía qué traería el nuevo año, pero confiaba en que Dios los guiaría y sostendría en los días difíciles que se avecinaban.
¿Por qué yo, Dios?
Jaime ha estado batallando contra una enfermedad neuromotora durante más de un año, y sus músculos se están atrofiando. Ha perdido la motricidad fina y casi no puede controlar sus extremidades. No puede abrochar sus camisas ni atar sus zapatos, y usar palillos chinos se ha vuelto imposible. Ante esta situación, Jaime se pregunta: ¿Por qué Dios permite que pase esto? ¿Por qué a mí?
Edificando lo que perdura
Cuando era niño, vivía cerca de varias construcciones. Inspirados en ellas, mis amigos y yo juntamos restos de materiales para construir un fuerte. Con herramientas prestadas, pasamos días intentando hacer que las maderas sirvieran a nuestros propósitos. Fue divertido, pero nuestros intentos apenas reflejaron muy pobremente los edificios bien construidos que nos rodeaban. No duró mucho.
Paso de fe
Juan quedó devastado cuando perdió su trabajo. Cerca del final de su carrera, sabía que sería difícil empezar de nuevo. Comenzó a orar por el trabajo correcto. Luego, actualizó su currículum, leyó consejos sobre entrevistas e hizo muchas llamadas telefónicas. Semanas después, aceptó un nuevo trabajo, con un horario excelente y una ubicación accesible. Su obediencia fiel y la provisión de Dios se entrecruzaron perfectamente.
Obras de gracia
En la novela Sobre Grace, David Winkler anhela encontrar a su hija distanciada, y Herman Sheeler es la única persona que lo puede ayudar. Pero hay un impedimento. La hija de David nació de un amorío de él con la esposa de Herman, y este le había advertido que nunca más lo contactara.