Year: 2022

Escuchar a Cristo y no el caos

Después de mirar las noticias durante horas, el anciano se ponía agitado y ansioso… le preocupaba que el mundo se estuviera viniendo abajo. «Por favor, apaga eso», le rogaba su hija. Pero el hombre seguía metido en las redes sociales y otras fuentes de noticias.

Entender la Palabra de Dios

Un anillo de hierro colgaba del marco de la puerta de la casa rural de mi tío abuelo. A más de treinta metros de distancia, había otro anillo, firmemente fijado al granero. Cuando había una tormenta de nieve, mi tío conectaba una soga entre los anillos para encontrar el camino entre la casa y el granero, y no perder el rumbo en medio de la nieve cegadora.

Mejor juntos

María, una madre soltera que trabajaba mucho, casi nunca faltaba a la iglesia. Cada semana, tomaba un ómnibus para ir y volver con sus hijos, y ayudaba a ordenar antes y después de las reuniones.

Oportunidades de brillar

En marzo de 2020, mientras paseaba su perro por el Central Park en Nueva York, Whitney, un experto en finanzas jubilado, vio camiones y tiendas blancas con una cruz y el nombre de una organización benéfica que no conocía. Cuando supo que el grupo estaba construyendo un hospital de campaña para enfermos de COVID-19, preguntó si podía ayudar. Durante semanas, a pesar de las diferencias políticas y religiosas, él y su familia colaboraron en todo lo que podían. Whitney declaró: «Cada persona que conocí fue auténticamente agradable». Y elogió que nadie cobraba por ayudar a su ciudad en un momento de enorme necesidad.

Esperanza en Dios

Cerca de las fiestas, los envíos de paquetes se retrasaban por la cantidad enorme de pedidos en línea. Recuerdo la época en que íbamos directamente a la tienda para hacer las compras. Un día, mi madre se registró en una cuenta que incluía entregas rápidas, y nuestra expectativa de tiempos de entrega cambió. Con garantía de entrega en 48 horas, nos acostumbramos a recibir todo rápido, y los retrasos nos frustraban.

Cuando la debilidad es fortaleza

Andrés estuvo preso dos años por servir a Jesús. Había leído historias de misioneros que se sintieron siempre gozosos durante su encarcelamiento, pero él confesó que no era su caso. Le dijo a su esposa que Dios había escogido al hombre equivocado para sufrir por Él. Ella respondió: «No, creo que eligió al correcto; no fue casual».

Por causa del evangelio

Corría el año 1916, y Nelson acababa de graduarse de médico en su tierra natal. Poco después, ese año y con seis meses de casados, él y su esposa llegaron a China. A los 22 años se convirtió en cirujano del único hospital en una zona de, al menos, dos millones de habitantes. Junto con su familia, vivieron allí 24 años, dirigiendo el hospital, realizando cirugías y compartiendo el evangelio con miles de personas. Anteriormente llamado «diablo extranjero» por los que desconfiaban de los foráneos, Nelson Bell llegó a ser conocido como «la Campana [Bell, en inglés] que ama al pueblo chino». Su hija Ruth se casó más tarde con el evangelista Billy Graham.

De hermana a hermano

Cuando me preguntaron si podía hablar con ella en privado, encontré a Karen en la sala de consejería del centro de retiros, con los ojos rojos y las mejillas mojadas. Con 42 años, anhelaba casarse, y un hombre estaba mostrando interés por ella. Pero ese hombre era su jefe… y ya tenía esposa.

El extra

Walk On (Extra) es la fascinante autobiografía de Ben Malcolmson, un estudiante casi sin experiencia en fútbol americano, que se convirtió en un «extra» —un jugador no convocado— del equipo campeón del Rose Bowl en 2007. Como periodista de la universidad, decidió escribir un relato en primera persona del extenuante proceso de prueba. No podía creer cuando ganó un codiciado puesto en el equipo.

Confiar en la previsión de Dios

Mientras conducíamos hacia un lugar desconocido, mi esposo notó que el GPS parecía de repente equivocado. Después de entrar en una gran autopista, se nos indicó salir y seguir por una «ruta lateral». Aunque no veía que los autos frenaran, Dan dijo: «Bueno, voy a confiar». Y unos 15 kilómetros después, el tránsito de la autopista estaba casi detenido. ¿El problema? Obras en construcción. ¿Y el camino lateral? Con poco tráfico, nos abrió paso hacia nuestro destino. «No podía ver adelante —agregó—, pero el GPS sí». Y coincidimos: «Igual que Dios».