Cuando la vida es injusta
En la novela clásica de Charles Dickens, Oliver Twist, el enfermizo Oliver nace en un hospicio famoso por explotar a los pobres. Huérfano desde su nacimiento, el niño finalmente huye debido al trato abusivo. Tras una asombrosa serie de «giros», descubre que es heredero de una considerable fortuna. Dickens, a quien le encantaban los finales felices, se aseguró de que todos los que habían dañado a Oliver fueran juzgados o se arrepintieran. Sus opresores obtuvieron lo que merecían mientras que él heredó la tierra. Si tan solo la vida tuviera finales buenos como los de una novela de Dickens.
Parecerse a Cristo
Como un niño de las décadas de 1950 y 1960, crecí en una época en la que el «pasatiempo estadounidense» era el béisbol. No podía esperar para ir al parque a jugar; y una de mis mayores emociones fue cuando recibí la camiseta de béisbol con el nombre de nuestro equipo: ¡GIANTS! Aunque el número 9 en mi espalda me distinguía de los demás, el uniforme nos identificaba como miembros del mismo equipo.
Un amigo a medianoche
«¿A quién puedes llamar a medianoche cuando todo anda mal?». Esta pregunta me sacudió cuando la oí por primera vez. ¿Cuántas de mis amistades eran suficientemente fuertes para importunarlas cuando las necesitara? No estaba seguro.
Sustentados por Dios
Con mi familia, trajimos a mi papá a vivir a casa. Una enfermedad degenerativa requería que estuviera las 24 horas en cama y con una sonda nasogástrica, así que estábamos adaptándonos a las nuevas rutinas médicas. Yo también estaba planificando un procedimiento gástrico para mi mamá y lidiando con los exigentes clientes en mi trabajo. Abrumada, un día busqué privacidad en el baño y clamé a Dios: Ayúdame, Padre. Por favor, dame fuerzas para atravesar los días que vienen.
Ver y servir
«En la vida, a veces vemos cosas que no podemos no ver», dijo Alexander McLean a un entrevistador. A los 18 años, había ido a Uganda a ayudar en cárceles y hospicios. Fue allí que vio algo que no pudo no ver: un hombre desamparado tirado junto a un retrete. McLean lo cuidó durante cinco días, pero el hombre murió.
La prueba de nuestra fe
En 304 d.C., el emperador romano Maximiano entró victorioso en la ciudad de Nicomedia. Se organizaron desfiles mientras los ciudadanos se reunían para agradecer a dioses paganos por la victoria… todos excepto una iglesia llena de personas que adoraban al único Dios verdadero. Maximiano entró en la iglesia con un ultimátum: renunciar a la fe en Cristo para escapar del castigo. Se negaron, y todos fueron asesinados cuando el emperador ordenó que incendiaran la iglesia con los creyentes adentro.
Dios, nuestro lugar seguro
Habíamos estado viajando en auto durante quince horas, y era ya de noche cuando una alerta de tornado captó nuestra atención: debíamos protegernos de inmediato. Justo en ese momento, relámpagos explotaron en el cielo y el viento empezó a presionar contra el auto. Aceleramos para salir de la autopista y estacionamos cerca de un edificio de cemento de un hotel. Entramos corriendo, agradecidos de encontrar refugio.
Talentos y dones dados por Dios
En una conmovedora función del musical Pilgrim, Leisa estaba parada frente a una sección especial para sordos, y mediante el lenguaje de señas, interpretó expresivamente la presentación. El musical, basado en el libro de Bunyan, El progreso del peregrino, fue profundamente conmovedor, pero también lo fue la interpretación de Leisa.
Lugar correcto, momento correcto
Una convención de enfermería se estaba llevando a cabo en un hotel, cuando un invitado tuvo un infarto cardíaco. De inmediato, varios cuidadores se acercaron para mantenerlo vivo. El invitado quedó increíblemente agradecido a todos de que estuvieran en el lugar correcto en el momento correcto.
Guiados por el Espíritu Santo
Cuando el GPS sugirió una ruta que reduciría casi una hora el viaje de Las Vegas a Los Ángeles, Shelby Easler y su hermano siguieron las indicaciones. Pero el «atajo» los llevó durante horas por un camino de tierra y perdidos en medio de una tormenta de polvo en el Desierto de Mojave, en California. Aunque pudieron regresar, al final tuvieron que ser remolcados debido a todo el daño que el terreno escarpado había hecho al auto. El creador de la aplicación se disculpó con numerosos viajeros que siguieron esas indicaciones equivocadas.