El poder de la alabanza
Guillermito fue secuestrado de la acera de su casa cuando tenía nueve años. Durante horas, mientras el secuestrador lo llevaba en un auto, no sabía qué iba a sucederle. Entonces, decidió cantar una canción llamada Toda la alabanza. Mientras repetía la letra una y otra vez, el hombre insultaba y le decía que se callara. Finalmente, detuvo el auto y dejó que Guillermito se bajara… sano y salvo.
Motivado por el amor
En la década de 1920, a pesar de ser amateur, Bobby Jones dominaba el mundo del golf. En una película sobre su vida, hay una escena donde un jugador profesional le pregunta cuándo va a dejar de ser aficionado y empezar a ganar dinero como todos los demás. Jones le explicó que la palabra amateur viene del latín amo, del verbo amar. Su respuesta era clara: jugaba al golf porque amaba ese deporte.
Pensamientos de un sobreviviente
Después que una mujer de 71 años fue rescatada durante el trágico hundimiento de un barco, luchaba contra el sentimiento de culpa del sobreviviente. Desde su cama del hospital, decía que no podía entender por qué estaba bien que ella siguiera viviendo tras un accidente que se había llevado la vida de muchas personas más jóvenes. También lamentaba no saber el nombre del muchacho que la había sacado del agua cuando ella ya no tenía más esperanzas. Luego, agregó: «Quiero comprarle, al menos, una comida, tomarlo de la mano o abrazarlo».
Escuchar con amor
Una noche, un misionero joven habló en nuestra pequeña iglesia. El país donde él y su esposa servían atravesaba una gran agitación religiosa, y se lo consideraba demasiado peligroso para los niños. En uno de sus relatos, contó sobre un episodio desgarrador cuando su hija le pidió que no la dejara en un internado.
La riqueza de la obediencia
Las loterías oficiales existen en más de 100 países. La atracción de enormes premios de dinero ha creado en muchos la idea de que todos los problemas de la vida se solucionarían «si uno se gana la lotería».
¿Dónde nos apoyamos?
«¡Qué testimonios hermosos!», comentó Cintia mientras salíamos. Nuestra amiga Elena había muerto, y varios de sus amigos compartieron sobre lo bromista que había sido siempre. Sin embargo, su vida no fue solo chistes y risas. Su sobrino habló de la fe en Jesús de su tía y de cómo se preocupaba por los demás. Cuando él era adolescente y problemático, ella lo había recibido en su casa. Ahora, con más de 20 años, destacó: «Fue como una madre para mí. Nunca me abandonó en mis luchas. Si no hubiese sido por ella, habría perdido mi fe». ¡Qué influencia maravillosa! Elena se apoyaba en Jesús y quería que su sobrino también lo hiciera.
Cuenta tu historia
A Michael Dinsmore, ex preso y relativamente nuevo creyente en Cristo, le pidieron que diera su testimonio en una cárcel. Después de hablar, algunos presos se le acercaron y dijeron: «¡Fue la reunión más emocionante que hemos tenido!». Michael se asombró de que Dios pudiera usar su sencilla historia.
No hay necesidad trivial
Varias madres de hijos pequeños compartían respuestas alentadoras a sus oraciones, pero una de ellas dijo que se sentía egoísta al molestar a Dios con sus necesidades personales: «Comparadas con las enormes necesidades que el Señor enfrenta en el mundo, mis circunstancias deben de parecerle triviales».
Recordar a la gente
En una semana típica, muchos recibimos varios correos electrónicos que nos recuerdan citas, actividades futuras o pedidos de oración. Todos estos recordatorios son necesarios.
Todos a bordo
Un día, cuando dejé a mi esposo en la estación de ferrocarril local, observé al conductor que miraba para ver si había algún rezagado. Una mujer con el cabello mojado salió corriendo del estacionamiento y se subió al tren. Después, un hombre con traje oscuro corrió hacia la plataforma y entró en un vagón. El conductor esperaba pacientemente mientras varias personas más llegaban a último momento y subían.