Month: Noviembre 2009

Ayuda con un jonrón

Sara Tucholsky, jugadora de softball para la Universidad Western Oregon, bateó el primer jonrón de su vida en un juego contra Central Washington. Pero casi no logra crédito alguno por ello. Al correr a primera base, ¡de la emoción se olvidó tocarla! Cuando dio media vuelta para corregir su error, se lastimó la rodilla. Llorando, regresó muy lentamente a la base. Según las reglas, ella tenía que tocar las cuatro bases por su cuenta para que se contara un jonrón. Sus compañeras de equipo no podían ayudarla en ninguna manera.

Precioso fruto

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por una fruta? En Japón, alguien pagó más de 6 000 dólares por una sandía Densuke. Esta bella esfera de color verde oscuro, que sólo crece en la isla Hokkaido, al norte de Japón, parece una bola de bolos. La sandía de casi nueve kilos fue una de unos pocos miles que estuvieron disponibles ese año. La rareza de la fruta ocasionó un precio astronómico en el mercado.

Dios obra en el barro

En una novela de los años 50, hay una escena en la que cuatro aldeanos se confiesan sus pecados unos a otros. Uno de los hombres, Michelis, exclama: «¿Cómo puede Dios dejarnos vivir en la tierra? ¿Por qué no nos mata para purificar la creación?» «Porque, Michelis —respondió otro de los hombres—, Dios es un alfarero; trabaja con barro».

Dos blancas

Jesús se sentó en el templo cerca del arca de la ofrenda y observaba mientras las personas se acercaban y depositaban sus ofrendas para el templo (Marcos 12). Algunos montaban un espectáculo para ello, tal vez para que los demás pudieran ver cuánto habían dado. Justo en ese momento, vino una pobre mujer y echó dos «blancas».

El problema de la autosuficiencia

La ciudad de Laodicea tenía problemas con el agua. Una de las ciudades cercanas contaba con fabulosas fuentes termales y otra tenía agua fresca y cristalina. Sin embargo, Laodicea debía aguantarse con un agua tibia y cargada de minerales que sabía a azufre. No era caliente ni fría. Era simplemente asquerosa.

Agradando a Dios

Andy Warhol, el pintor de arte pop de imágenes norteamericanas tales como la sopa Campbell, dijo una vez, «En el futuro, todos serán famosos por quince minutos». Pero se equivocó. Hay millones de personas que jamás lograrán ser el centro de atención ni por un momento. Algunas de ellas son hombres y mujeres que pasan sus vidas haciendo cosas tales como trabajar duro, criar buenos hijos, orar fielmente por los demás, compartir su fe con aquellos que todavía no conocen a Jesús. Enseñan en la escuela dominical, llevan comida a los enfermos, acompañan a ancianos a sus citas con el doctor y hacen otras incontables bondades.

Gozo en medio del dolor

Después de sólo unas pocas lecciones de arte, Joel, de diez años, decidió poner a prueba su habilidad y pintó una flor. Mientras observaba la fotografía de una rosa de Sarón, pudo pintar una bella mezcla de azul, púrpura, rojo, verde y blanco. Esto hizo que la flor, que había sido fotografiada el día en que murió su tía, pareciera cobrar vida. Para la familia, la pintura del niño simbolizaba una mezcla agridulce de sentimientos. Si bien era un recordatorio perdurable de la pérdida que habían sufrido, también conllevaba la celebración del don artístico de Joel, el cual acababa de surgir. La pintura trajo gozo en medio del dolor.

¡No hay trato!

Todos hemos visto y escuchado anuncios publicitarios que nos tientan a tomar atajos hacia la felicidad. ¡Compre nuestro producto y no pague más durante todo un año! ¡Gratificación instantánea!

Existencia frágil

Me fascinan las formaciones geológicas en el Parque Nacional de Yellowstone. Pero, cuando camino entre los géiseres, soy consciente de lo cerca que estoy del peligro. Estoy caminando sobre uno de los volcanes más grandes y activos en el mundo.

Valor humilde

Un reportaje del diario Chicago Tribune decía: «Montones de estadounidenses, desde clérigos hasta abogados y presidentes de compañías, están reclamando medallas al valor que jamás ganaron». La fabricación de registros de guerra y las falsas afirmaciones de valentía están más generalizadas de lo imaginable. Un hombre, que reclamó falsamente una Cruz de la Marina, posteriormente sintió vergüenza y dijo que los verdaderos héroes rara vez hablan de lo que han hecho.