Lectura bíblica para hoy: Romanos 8:18-27

… pero si deseamos algo que todavía no tenemos, debemos esperar con paciencia y confianza. -Romanos 8:25

La investigación de la autora Susan Cain reveló que la gente ponía las canciones alegres de sus listas de reproducción una media de 175 veces, pero las canciones tristes 800 veces. ¿Qué tiene la música triste que resulta tan atractiva para muchos?

Cain sugiere que tiene que ver con nuestra ansia de nostalgia: «alegría mezclada con tristeza. A menudo se desencadena cuando experimentamos algo tan exquisito que parece venirnos de otro mundo… Excepto que solo dura un momento, y realmente queremos quedarnos a vivir allí para siempre».

La nostalgia, argumenta Cain, es inseparable de la pasión y el amor, porque «el lugar donde sufres es exactamente el mismo en el que te preocupas desesperadamente». Así que, en lugar de temer nuestro dolor, Cain sugiere que nuestra nostalgia puede dirigirnos «en dirección a lo sagrado».

Las reflexiones de Caín me recuerdan cómo describe Pablo que «… la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios.» (Romanos 8:21). Aunque Jesús ya ha vencido al pecado y a la muerte, aún esperamos que su victoria se manifieste en toda la creación.

Ese día aún no ha llegado. Vivimos en la esperanza, y «… Si uno ya tiene algo, no necesita esperarlo» (v. 24). Pero, mientras esperamos, experimentamos alegría y esperanza en la nostalgia, a medida que el Espíritu nos lleva y nos fortalece en el amor de Dios (vv. 26-27, 39).

Monica La Rose

¿Cuándo has experimentado al mismo tiempo la alegría y la tristeza? ¿Cómo puede la nostalgia conectarnos con la esperanza?

Padre precioso, gracias por llenar mi corazón de anhelo por ti y por la belleza de tu reino. Ayúdame a que esa esperanza ancle mi corazón.