Lectura bíblica para hoy | Santiago 2:14–26

Pueden ver, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. -Santiago 2:24 (RVA-2015)

Una pequeña iglesia en el sur de California reconoció la oportunidad de expresar el amor de Dios de una manera práctica.

Los creyentes en Jesús se reunieron en una lavandería local para retribuir a su comunidad lavando ropa para personas necesitadas. Limpiaban y doblaban la ropa juntos, y a veces proporcionaban una comida caliente o bolsas de comestibles para los destinatarios.

Un voluntario descubrió que la mayor recompensa estaba en el «contacto real con la gente… escuchando sus historias». Debido a su relación con Jesús, estos voluntarios querían vivir su fe a través de palabras y acciones amorosas que les ayudaran a cultivar relaciones genuinas con los demás.

El apóstol Santiago afirma que cada acto de servicio amoroso de un creyente profesante es el resultado de una fe genuina. Él afirma que «… la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma…» (Santiago 2:17).

Como hijos de Dios, podemos declarar que lo que creemos nos hace hijos de Dios, pero es cuando le servimos a través de los demás que actuamos como creyentes que confían y siguen a Jesús (v. 24).

La fe y el servicio son tan estrechamente interdependientes como el cuerpo y el espíritu (v. 26), una hermosa muestra del poder de Cristo mientras Él obra en y a través de nosotros.

Después de aceptar personalmente que el sacrificio de Dios en la cruz nos lava en amor perfecto, podemos responder con una fe auténtica que se desborda a través de las formas en que servimos a los demás.

Xóchitl Dixon

¿Cómo te ha ayudado alguien a estar más abierto para conocer a Jesús personalmente? ¿Cómo puedes demostrar tu fe en Cristo a través de palabras y acciones amorosas?

Jesús, por favor inunda nuestras vidas con tu amor perfecto y purificador, para que podamos verterlo en la vida de los demás.