Lectura de hoy: Juan 1:1-5, 14-18

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros. -Juan 1:14

Cuando mi mujer y yo visitamos el histórico campo de batalla de Yorktown, en Virginia, aprendimos mucho sobre aquella batalla decisiva en la Guerra de la Independencia de Estados Unidos. La mujer del centro de visitantes nos llamó la atención sobre un expositor que contenía los restos de la tienda de George Washington, el líder del ejército continental. Durante el asedio de Yorktown en 1781, Washington vivió en esa misma tienda.

Fue impresionante ver una tienda de campaña de 250 años de antigüedad con tanto valor histórico. Pero pensemos en la «tienda» en la que vivió Jesús. El apóstol Juan escribió de esta tienda: «El Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros» (Juan 1:14). La palabra «habitar» puede traducirse como «tabernáculo». Así como la presencia de Dios bendecía la tienda de reunión, el tabernáculo (véase Éxodo 40), Cristo vino y nos bendijo al habitar en una tienda de carne humana. El apóstol Pablo escribiría sobre la «tienda terrenal» en la que moramos, es decir, nuestros cuerpos humanos (2 Corintios 5:1). Sorprendentemente, Jesús eligió vivir en una morada semejante. Este es el verdadero significado de su nacimiento.
Filipenses 2:5-11 relata cómo Cristo se humilló, abandonó la presencia del Padre y vino a la tierra en forma de siervo para ir a la cruz por nuestra redención. Jesús vivió en una tienda de humanidad, una demostración visible de su amor por nosotros.

Bill Crowder

¿Qué es lo más difícil eedn vivir en tu «tienda terrenal», tu cuerpo?

¿Cómo te ayuda saber que Jesús también vivió en un cuerpo así?

Dios vivo, te doy gracias por la vida que Jesús vino a vivir y por la vida que Él pone a mi disposición.