Ya sea para cuidar a su familia, participar de importantes reuniones de negocios o estudiar para completar su título universitario, encuentra satisfacción en las tareas que se le presentan (v13). Cuida de su familia, colegas y amigos, y ellos se sienten seguros y protegidos bajo su cuidado.

Su cuidadosa planificación de su tiempo y sus finanzas significa que está preparada para el futuro. Pero sobre todo, su seguridad viene de Dios, pues confía en su providencia.

 

La vida exige mucho de esta mujer ocupada, pero aún así encuentra tiempo en su apretada agenda para cuidar a quienes la rodean, incluso en las formas más pequeñas.

A veces, orando por amigos necesitados, al hacer una donación a una organización benéfica, ayudando a un vecino enfermo o anciano con sus compras, o simplemente al estar al tanto de un conocido que está pasando por una mala racha.

Es sabia con sus palabras y sabia con su tiempo. Su sabiduría se desprende de años en los que atravesó pruebas y tribulaciones que la han convertido en un ejemplo para las mujeres más jóvenes, a las cuales enseña y aconseja en sus etapas de la vida.

Esta mujer sabia también sabe que es sabio divertirse. Se asegura de que su tiempo libre esté bien usado, y sabe cuándo dejar de revisar las redes o cuándo mirar un episodio de Netflix se está convirtiendo en un poco mucho, entonces pone su atención en otras tareas.

Sobre todo, encuentra que su fuerza, seguridad e identidad provienen del Señor, y no de un hogar meticuloso, de su poder adquisitivo o calificaciones. Dios está en el corazón de todo lo que hace, y ella lo escucha y obedece, encontrando su valor y belleza en su Padre que la ama con un amor eterno.

 

Ella sabe ante quién es realmente responsable de la vida que lleva. Que tiene muy poco que ver con ser LA perfecta esposa, madre, novia, hija, o con superar a sus compañeros y amigos. Sabe que se trata de estar delante de Dios y escucharlo decir: “Bien hecho, buena sierva fiel” (Mateo 25:23), por haber corrido fielmente su carrera, cualquiera que sea. Y es de Dios que ella recibe su honor y su corona.

 

Publicado originalmente en YMI que forma parte de Ministerios Nuestro Pan Diario, en inglés. Traducido y republicado con permiso.