¡Llega un nuevo año!

Si bien las resoluciones que tomamos en 2021 se esfumaron, eso no debería impedirnos hacer nuevas para 2022.

Por supuesto, nuestras resoluciones para 2022 probablemente sean bastante diferentes a años anteriores. Los sueños de cumplir nuestro deseo de ver el mundo tienen que quedar en un segundo plano por ahora. Pero eso también está bien, ¿de qué sirve una resolución de año nuevo si no incorporamos nada nuevo?

Si estás buscando resoluciones inspiradas para tu lista del 2022, ¡te ofrecemos algunas que pueden servirte!

El 2021 nos ha demostrado lo valiosas que son las amistades. Crecimos en aprecio por las pequeñas cosas como charlas cara a cara, pasar el rato con una taza de café (o té) y reconectarnos con amigos de larga distancia.

Entonces, ¿por qué no llevar esto al nuevo año? Las Escrituras dicen que mejores son dos que uno (Eclesiastés 4: 9-10) y no hay nada más precioso que las amistades genuinas (Proverbios 17:17).

Piensa en alguien con quien hayas querido ponerte al día e invítalo a almorzar (o simplemente llámalo), ¡pero no te limites a eso! Haz un seguimiento unos días después para ver cómo le está yendo. Hazlo deliberadamente y comprométete a orar por él durante todo el año. Las amistades no se cultivan de la noche a la mañana, sino que crecen y florecen con cada mensaje enviado, comida compartida y tiempo invertido.

En 2022, ¡cambiemos el ritmo de las amistades aceleradas por amistades más deliberadas centradas en Cristo!

Vimos de primera mano cómo las comunidades y las organizaciones benéficas se unieron para ayudar a los menos afortunados en el apogeo de la pandemia. De hecho, ¡podríamos haber sido uno de los destinatarios de una generosa cesta de comida o una amable donación nosotros mismos!

Esta es una forma práctica de obedecer las Escrituras, que nos dicen que nos preocupemos por los intereses de los demás y que cuidemos de las viudas y los huérfanos (Filipenses 2: 4, Santiago 1:27). Cuando damos, le estamos señalando al mundo un Dios cuyo amor y generosidad por nosotros superan con creces cualquier cosa que podamos ofrecer.

El próximo año, ¿por qué no considerar la posibilidad de apoyar a una organización sin fines de lucro local? No importa la cantidad, ya sea  $5 o $50, será de gran ayuda para respaldarla (y a las personas a las que apoyan). Si tenemos dinero en efectivo pero rebozamos de energía atlética, ¡podríamos inscribirnos para correr o nadar mientras conseguimos que nuestros amigos donen a una organización benéfica de nuestra elección!

Antes del Covid-19, llenábamos de muchas salidas sociales nuestros programas de fin de semana, y si somos sinceros, esto nos estresó un montón. Pero las estrictas restricciones nos han hecho cancelar todos estos planes, y de pronto, permanecer en el interior.

De hecho, estamos disfrutando de nuestros tranquilos fines de semana dando vueltas en casa, ya sea leyendo un libro o probando un ritmo más lento en nuestra caminata diaria. Vimos lo agradable que era no tener prisa de una cita a otra.

El descanso es de Dios. Él nos diseñó para que lo necesitáramos, y Él nos dio el ejemplo, ¡incluso descansando Él mismo después de crear el mundo! (Génesis 2: 2)

 

El tiempo prolongado que pasamos en aislamiento probablemente nos ha convertido en pequeños Zoombies, y pasamos más tiempo en videollamadas, desplazándonos sin cesar por las redes sociales o dándonos atracones de servicios de transmisión. Nos duelen mucho los ojos y sufrimos un ataque de fatiga tecnológica.

Para 2022, ¿no sería bueno darle un descanso al tiempo frente a la pantalla mientras disfrutamos de una vida vibrante fuera de línea, poniendo nuestros pensamientos (y vista) en cosas que son puras, hermosas y excelentes? (Filipenses 4: 8-9).  En lugar de perdernos en la penumbra de Zoom, practiquemos dedicar nuestro tiempo a estar con amigos o familiares, saborear nuestro almuerzo u observar la naturaleza en nuestro parque local haciendo un hábito de bloques de tiempo semanales “sin pantalla”.

Los años 2020 y 2021 nos han demostrado que los planes mejor hechos pueden salir mal en un santiamén, pero también nos han demostrado la soberanía de Dios y su capacidad para guiarnos a través de cualquier crisis. Al poner nuestros ojos en el 2022 y los planes que tenemos para el próximo año, recordemos también buscar primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33).

 
 
Publicado originalmente en YMI que forma parte de Ministerios Nuestro Pan Diario, en inglés. Traducido y republicado con permiso.