Las «mermas»
Todo comenzó con picazón en la garganta. Uyyy, pensé. Luego, resultó ser gripe. Y ese fue solo el comienzo de una afección bronquial. La gripe se transformó en una tos fuerte y seca —sí, esa tos—, y esa se convirtió en neumonía.
Fe adolescente
La adolescencia es una de las etapas más agonizantes de la vida… tanto para los padres como para los hijos. En mi caso, al intentar «individualizarme» de mi madre, rechazaba abiertamente sus valores y me rebelaba contra sus reglas, suponiendo que lo único que ella quería era hacerme infeliz. Sin duda, ella lamentaba que no quisiera escuchar sus sabias instrucciones, ya que sabía que me evitarían dolores emocionales y físicos innecesarios.
¿Cómo te llamas?
Alguien dijo que pasamos por la vida con tres nombres: el que nos pusieron nuestros padres, el que nos ponen los demás (nuestra reputación) y el que nos ponemos nosotros (nuestro carácter). El que nos ponen los demás importa, ya que «de más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro» (Proverbios 22:1). Pero aunque la reputación es importante, el carácter lo es más.