Lectura bíblica para hoy: Colosenses 4:2–4
“Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido.” -Colosenses 4:2
Estaba en medio de una larga sesión de entrenamiento cuando una inesperada tormenta de nieve provocó una ventisca. El viento soplaba con fuerza y la nieve me azotaba la cara.
Todavía estaba a un kilómetro y medio de casa y mi temperatura corporal caía en picado, así que me metí en una tienda de comestibles y llamé a mi mujer. Mi sesión había terminado, sin duda.
El entrenamiento para una maratón requiere una fidelidad flexible. Flexible, porque dieciséis semanas de entrenamiento rara vez salen como uno espera.
Fidelidad significa, como escribió el escritor Eugene Peterson, «una larga obediencia en la misma dirección». A veces, no quiero correr, y no siempre es divertido comer lo correcto e ignorar lo incorrecto. Sin embargo, cuando cruzas la línea de meta, ¡merece tanto la pena!
Orar es como correr una maratón. Pablo escribió que debemos dedicarnos a la oración (Colosenses 4:2). Leemos que perseveremos en ella. La palabra «dedicar» viene de un término griego que significa ser fiel. La oración, como correr una maratón, requiere una fidelidad flexible.
Flexible, porque hay días en los que no nos despertamos, y oramos en el automóvil. Fidelidad, porque hay días en los que no tenemos ganas de orar.
Dios desea nuestras oraciones y siempre está a nuestro lado cuando lo necesitamos. Y, cuando oramos, incluso cuando no tenemos ganas, descubrimos que pasar tiempo con Dios vale la pena.
Daniel Ryan Day, Nuestro Pan Diario
¿Cuándo ha cambiado la oración tu perspectiva de la vida? ¿Por qué crees que Pablo termina el versículo de hoy con el reto de perseverar y estar agradecidos?
Dios, ayúdame a caminar y hablar contigo en todo lo que hago.