LA ESCRITURA DE HOY: Salmo 33:6–19
«Desde el lugar de su morada observa a todos los habitantes de la tierra» -Salmo 33:14
Yo era tan traviesa como cualquier otra niña en mis primeros años. Ocultaba mis travesuras para no meterme en líos. Sin embargo, mi madre solía descubrir lo que había hecho. Recuerdo que me asombraba la rapidez y precisión con que se enteraba de mis travesuras.
Cuando me maravillaba y le preguntaba cómo lo sabía, ella siempre respondía: «Tengo ojos en la nuca». Esto, por supuesto, me llevaba a estudiar su cabeza cada vez que se daba la vuelta: ¿eran los ojos invisibles o simplemente los ocultaba su pelo rojo? Cuando crecí, dejé de buscar pruebas de su par de ojos extra y me di cuenta de que no era tan astuta como suponía. Su mirada atenta era la prueba de su amorosa preocupación por sus hijos.
Aunque estoy muy agradecida por el atento cuidado de mi madre (a pesar de que a veces me decepcionaba no haberme salido con la mía), lo estoy aún más por el hecho de que Dios «… observa a todos los habitantes de la tierra» cuando nos mira desde el cielo (SALMO 33:13-14). Él ve mucho más que nosotros; observa nuestras tristezas, nuestras alegrías y nuestro amor mutuo.
Dios observa nuestro verdadero carácter y siempre sabe exactamente lo que necesitamos. Con una visión perfecta, que incluso ve el funcionamiento interno de nuestros corazones, Él vela por los que le aman y ponen su esperanza en Él (V. 18). Él es nuestro Padre atento y amoroso.
KIRSTEN HOLMBERG
¿Cómo te anima el hecho de que Dios conozca tu corazón y tu carácter? ¿Cómo te desafía?
Querido Dios, gracias por conocerme y amarme tanto.