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Debajo las alas de Dios

LA ESCRITURA DE HOY: Salmo 61:1-8

Anhelo habitar en tu santuario para siempre y refugiarme debajo de tus alas. -Salmo 61:4

Hay varias familias de gansos canadienses con crías en el estanque cercano a mi urbanización. Los gansitos son tan tiernos y preciosos que es difícil no mirarlos cuando salgo a pasear o a correr por el estanque. Pero he aprendido a no mirarles a los ojos y a alejarme de ellos; ¡de lo contrario, me arriesgo a que el progenitor de los gansos considere que soy una amenaza, me grazne y me persiga!

La imagen de un ave protegiendo a sus crías es una de las que la Escritura utiliza para describir el amor tierno y protector de Dios por sus hijos (Salmo 91:4). En el Salmo 61, David parece estar luchando por experimentar de nuevo el cuidado de Dios de esta manera. Había experimentado a Dios como su refugio y torre fuerte (v. 3), pero ahora clamaba desesperadamente «desde los confines de la tierra…», mientras suplicaba: «… llévame a una roca que es más alta que yo» (v. 2). Anhelaba volver a refugiarse debajo de las alas de Dios (v. 4).

Y al llevar su dolor y su anhelo de curación a Dios, David se consoló sabiendo que Él le había oído (v. 5). Debido a la fidelidad de Dios, sabía que cantaría «… siempre salmos a [su] nombre» (v. 8).

Como el salmista, cuando nos sentimos alejados del amor de Dios, podemos volver corriendo a sus brazos para tener la seguridad de que, incluso en nuestro dolor, Él está con nosotros, protegiéndonos y cuidando de nosotros con la misma con la misma entrega y amor que un ave madre cuida de sus crías.

Monica La Rose

Dios, gracias por tu amor firme y protector hacia mí. Ayúdame a descansar segura en tu tierno cuidado.

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