Las oraciones de la Biblia reflejan una amplia diversidad de temas. La gente se presentó ante el Señor por muchas razones diferentes, no solo por la próxima entrevista o el reemplazo de cadera de la tía Sally. Aquí te dejamos una lista de cosas por las que orar en las que en general no solemos hacerlo, ¡pero tal vez deberíamos!
Cosas por las que orar
1. Ser libres de la tentación
Sabemos que debemos confesar nuestros pecados y pedir el perdón de Dios, pero, ¿con qué frecuencia pensamos en pedirle a Dios que nos mantenga a salvo de la tentación y el pecado en primer lugar?
En la oración más conocida de la Biblia, Jesús nos instruye a orar: “No nos metas en tentación, mas líbranos del mal” (Mateo 6:13). Esta es una oración que se repite a lo largo de la Biblia de diferentes maneras (Salmo 19:13, Lucas 22:40), y probablemente deberíamos incorporarla en nuestras propias oraciones.
2. Amar y comprender la palabra
El escritor del Salmo 119 ama y desea la Palabra de Dios con una pasión que pocos de nosotros podemos afirmar. “Abre mis ojos para que vea las maravillas de tu ley”, clama a Dios (Salmo 119:18).
En lugar de simplemente marcar la lectura de la Biblia como una tarea más, oremos para que Dios nos llene de amor por su Palabra y nos dé sabiduría en abundancia para comprender lo que nos ha revelado (Santiago 1:5).
3. Las necesidades espirituales de otros cristianos
Algunas de las peticiones más comunes que escuchamos son por necesidades de salud: alguien tiene un resfriado; otro se rompió un brazo… Pero, ¿con qué frecuencia oramos por las necesidades espirituales de nuestros hermanos y hermanas en Cristo?
Pablo termina su primera carta a los tesalonicenses con esta oración: “Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”(1 Tesalonicenses 5: 23-24).
Oremos para que Dios continúe trabajando en la vida de los hermanos cristianos, acercándolos a él día a día.
4. La unidad entre cristianos
La mayoría de nosotros tenemos personas en la iglesia con las que no siempre nos llevamos bien, ya sea por personalidad, experiencia o desacuerdos teológicos. Sin embargo, la última oración de Jesús antes de su muerte y resurrección fue por la unidad en la iglesia:
“Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti.” (Juan 17: 20-21).
¿Unidad en la iglesia, que refleja la unidad de Dios Padre y Dios Hijo? ¡No vemos eso muy a menudo! ¡Pero podemos empezar a orar por ello!
5. Dios obrando a través de los líderes mundiales
Algunos de nosotros vivimos en lugares con muchas libertades, mientras que otros enfrentan más restricciones para vivir una vida cristiana y compartir el evangelio. Quizás por esta razón, Pablo insta a Timoteo, “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.” (1 Timoteo 2:1-2).
Oremos por nuestros líderes nacionales y regionales, para que Dios trabaje a través de ellos para traer paz y permitir que el evangelio prospere.
6. Cristianos que enfrentan persecución
Oremos también por nuestros hermanos y hermanas que sufren persecución. En todo el mundo, hermanos y hermanas enfrentan vigilancia, arresto domiciliario, penas de prisión o incluso la muerte debido a su obediencia al Señor.
Como nos recuerda el autor de Hebreoz, “Acordaos de los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo.” (Hebreos 13: 3). Que Dios acorte el tiempo de sufrimiento y traiga paz en medio de las pruebas.
7. El regreso de Cristo al mundo
¿Sabes qué hay en la oración final de la Biblia?
“Amén; sí, ven, Señor Jesús.”(Apocalipsis 22:20).
Si bien no nos gusta pensar mucho en el fin del mundo, esperamos con ansias el fin del mal y el sufrimiento. Anhelamos poder vivir plenamente y sin pecado con nuestro Dios en el cielo nuevo y la tierra nueva. Entonces, oremos para que venga el reino de Cristo, de una vez por todas (Mateo 6:10), y animémonos unos a otros con estas palabras mientras tanto (1 Tesalonicenses 4:18).
Que Dios trabaje a través de estas oraciones a medida que las incorporamos a nuestras disciplinas diarias.
Publicado originalmente en YMI que forma parte de Ministerios Nuestro Pan Diario, en inglés. Traducido y republicado con permiso.