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Nueva perspectiva de cambio - Segundo día

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. - JUAN 10:14

 

Lectura bíblica para hoy: Juan 10:7-18

 

A la gente no le gustan los cambios; al menos, esto es lo que oigo. Pero, en general, quienes más resistimos somos los que creemos que empeorarán nuestra situación en vez de mejorarla. Ilusionados, cambiamos de trabajo cuando…

Una vida coherente

Cuando preparo mi casa para algún evento especial, me desanimo porque creo que mis invitados no se dan cuenta de que limpio; solo notan cuando ven algo sucio. Esto me hace pensar: ¿Por qué los humanos ven con más facilidad lo que está mal que lo que está bien? Solemos recordar un mal trato más que un gesto amable. Los delitos reciben más atención que los actos de generosidad. Y los desastres captan nuestra atención más rápido que la inmensa belleza que nos rodea.

Un anticipo del cielo

El jardín botánico frente a nuestra iglesia fue el escenario de un encuentro congregacional comunitario. Mientras saludaba gente que conocía desde hacía años, me ponía al día con los que no había visto por mucho tiempo y disfrutaba del hermoso entorno que era fruto de personas que sabían de plantas y las amaban, me di cuenta de que me rodeaban símbolos de cómo debe funcionar la iglesia: un pequeño atisbo del cielo en la Tierra.

La mejor felicidad

Cuando yo era joven, «todos los hacen» parecía un argumento válido, pero no lo era. Mis padres nunca cedieron ante tales ruegos, por más desesperada que yo estuviera por conseguir permiso para hacer algo que ellos consideraban peligroso o insensato.

Cómo ser perfecto

En la temporada navideña, la búsqueda de la perfección se intensifica: imaginamos una celebración perfecta y nos esforzamos al máximo para lograrla, compramos los regalos perfectos, organizamos la comida familiar perfecta y elegimos la tarjeta de Navidad perfecta. Sin embargo, nuestros esfuerzos nos dejan desanimados y decepcionados cuando no podemos concretar lo imaginado: un desganado «gracias» por el regalo escogido, parte de la comida que se quema, un error tipográfico en las tarjetas que enviamos, niños que se pelean por los juguetes y adultos que reviven antiguas discusiones.

El regalo perfecto

Todos los años, el jardín botánico local realiza una exposición sobre la Navidad en el mundo. Lo que más me gusta es una escena francesa. En lugar del cuadro tradicional con pastores y magos con regalos de oro, incienso y mirra, hay aldeanos franceses que le llevan de regalo a Jesús lo que Dios les dio a ellos la capacidad de producir: pan, vino, queso, flores y otras cosas. Esto me recuerda el mandato del Antiguo Testamento de entregarle al Señor las primicias de nuestro trabajo (Éxodo 23:16-19). Esta escena navideña ilustra que todo lo que tenemos proviene del Señor, así que lo único que tenemos para darle es aquello que recibimos de su mano.

Vernos a nosotros mismos

Antes de que se inventaran los espejos o las superficies pulidas, las personas rara vez se veían a sí mismas. Una de las únicas manera de hacerlo era reflejándose en pozos de agua o en ríos calmos. Sin embargo, los espejos cambiaron todo. Más tarde, la invención de las cámaras fotográficas otorgó una dimensión completamente nueva al aspecto exterior. Ahora, tenemos imágenes nuestras de un determinado momento, que nos acompañan durante toda la vida. Pero todo esto puede llegar a perjudicar nuestro bienestar espiritual, al preocuparnos más por la apariencia y dejar de lado nuestro interior.

Volverse invisible


Donde vivo, este es el momento del año en que las plantas desafían la muerte, permaneciendo bajo tierra hasta que es seguro volver a salir. Antes de que llegue la nieve y el terreno se congele, se despojan de sus hermosas flores y se retiran a un sitio donde pueden descansar y ahorrar energía para la próxima estación. Aunque parecen estar muertas, no es así; solo están inactivas. Cuando se derrita la nieve y el terreno se ablande, volverán a elevar sus cabezas hacia el cielo, saludando con colores brillantes y dulces fragancias a su Creador.


Chequeo espiritual


Para detectar problemas de salud a tiempo, los médicos recomiendan hacer exámenes físicos de rutina. Lo mismo podemos hacer con la salud espiritual, preguntándonos algunas cosas relacionadas con el gran mandamiento (Marcos 12:30) del que habló Jesús:


Atravesar la oscuridad


Lo vi por primera vez cuando era estudiante universitaria. Una fría noche de otoño, lejos de las luces de la ciudad, iba en una carreta con mis ruidosos amigos, cuando el cielo se iluminó de colores en el horizonte. Quedé fascinada. Desde entonces, me ha cautivado el fenómeno llamado aurora boreal, conocido también como luces del norte. Suele verse más al norte de donde yo vivo, pero, a veces, se observa más al sur. Tras haberla visto una vez, anhelo verla de nuevo. Cuando las condiciones son favorables, les digo a mis amigos, tan fascinados como yo: «Tal vez sea esta noche…».