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Articles by Mike Wittmer

Creyentes en Cristo fructíferos

Silvia estaba entusiasmada con su nuevo trabajo en una compañía sin fines de lucro. ¡Qué oportunidad para producir un cambio! Poco después, vio que sus colegas no compartían su entusiasmo, sino que se burlaban de la empresa y excusaban su mal desempeño, mientras buscaban trabajos más lucrativos. Deseó no haberse postulado para ese trabajo. Lo que parecía maravilloso de lejos era decepcionante de cerca.

Amor extravagante

Mi compañera de asiento en un vuelo me dijo que no era religiosa y que había emigrado a un pueblo donde había muchos cristianos. Cuando mencionó que la mayoría de sus vecinos iba a la iglesia, pregunté cómo la habían recibido, y dijo que nunca podría retribuir su generosidad. Cuando trajo a su padre discapacitado a su nuevo país, le construyeron una rampa en su casa, y le donaron una cama ortopédica y artículos médicos. Dijo: «Si ser cristiano hace a uno tan bueno, todos deberían ser cristianos».

Recibir bien al extranjero

En Todo lo triste es mentira, Daniel Nayeri describe su horrorosa huida de la persecución con su madre y su hermana, pasando por un campamento de refugiados y llegando a un lugar seguro en los Estados Unidos. Una pareja de ancianos accedió a apoyarlos, aunque no los conocían. Años después, Daniel aún no puede entenderlo. Escribe: «¿Puedes creerlo? Totalmente a ciegas, lo hicieron. Y si hubiéramos resultado ser villanos, habrían sufrido las consecuencias. Es casi lo más valiente, amable e insensato que se puede ser».

Aprender de las cicatrices

Fabiana se tocó las cicatrices en el abdomen. Le habían realizado otra cirugía para quitar el cáncer esofágico-estomacal y le había quedado una cicatriz dentada. Le dijo a su esposo: «Las cicatrices representan el dolor del cáncer o el comienzo de la sanidad. Yo decido que mis cicatrices sean un símbolo de la sanidad».

Dios es más que suficiente

Elena tenía un presupuesto ajustado, así que se alegró cuando recibió un bono de Navidad. Habría sido suficiente, pero cuando depositó el dinero, el cajero dijo que, como regalo de Navidad, el banco le descontaba una cuota de su pago por la hipoteca. ¡Qué gran sorpresa!

Bienvenido a casa

Después de que Sherman Smith reclutó a Deland McCullough para jugar fútbol americano para la Universidad de Miami, llegó a quererlo mucho y se convirtió en el padre que Deland nunca tuvo. Deland lo admiraba y quería llegar a ser como él. Décadas más tarde, buscó a su madre de nacimiento, y ella lo dejó sorprendido cuando le dijo que ¡el nombre de su padre era Sherman Smith! Sí, ese mismo. El entrenador se sorprendió al enterarse de que tenía un hijo, y Deland quedó atónito de que aquel al que consideraba como un padre fuera su padre de verdad.

Tres reyes

En el éxito musical Hamilton, se representa humorísticamente al rey Jorge III de Inglaterra como un villano demente. Sin embargo, una nueva biografía de él dice que no era el tirano descrito en la obra ni en la Declaración de la Independencia de Estados Unidos. Si hubiese sido un déspota brutal, habría detenido la independencia con medidas extremas. Pero lo contuvo su temperamento «civilizado y bondadoso».

Dios dice tu nombre

Natalia fue a otro país con la promesa de recibir educación. Pero poco después, el padre en el nuevo hogar empezó a abusar física y sexualmente de ella. La forzó a cuidar su casa y a sus hijos sin pagarle, y no la dejaba salir ni usar el teléfono. Se convirtió en una esclava.

Personas de refugio

Felipe y Silvia, conmovidos por historias de niños refugiados, abrieron su corazón y su casa a dos de ellos. Tras buscarlos en el  aeropuerto, condujeron en silencio hacia su casa. ¿Estaban preparados para eso? Tenían diferente cultura, idioma y religión, pero se convirtieron en personas de refugio para esos preciosos niños.

Libres en el Espíritu

Ni Orville ni Wilbur Wright tenían licencia de piloto. Ninguno había ido a la universidad. Eran mecánicos de bicicletas, con el sueño y el coraje de tratar de volar. El 17 de diciembre de 1903, se turnaron para pilotar su Wright Flyer en cuatro vuelos. El más largo duró solo un minuto, pero cambió el mundo para siempre.