Recordando la fidelidad de Dios
Lectura bíblica para hoy: Deuteronomio 1:21-33
Miren, el Señor su Dios les ha entregado la tierra […]. No tengan miedo ni se desanimen. (Deuteronomio 1:21 NVI)
Antes de que mi marido y yo entregáramos nuestras vidas a Cristo, pensamos seriamente en divorciarnos. Pero después de comprometernos a amar y obedecer a Dios, volvimos a comprometernos el uno al otro.
Buscamos consejo sabio e invitamos al Espíritu Santo transformarnos individualmente y como pareja. Nuestro Padre celestial sigue ayudándonos a desarrollar una comunicación sana. Nos está enseñando a amarlo y a confiar en Él y el uno al otro como unidad familiar, pase lo que pase.
Sin embargo, aunque se aproxima nuestro 29º aniversario, a veces olvido todo lo que Dios ha hecho en y a través de nuestras pruebas como familia.
En ocasiones, lucho con un temor profundo de lo desconocido, y experimento una ansiedad innecesaria en lugar de confiar en el historial de Dios en nuestras vidas.
En Deuteronomio 1, Moisés afirmó la fiabilidad del Señor. Animó a los israelitas avanzar con fe para poder disfrutar de su herencia (v. 21).
Pero el pueblo de Dios exigía detalles sobre qué se enfrentarían y qué recibirían antes de comprometerse a confiarle con su futuro (vv. 22-33).
Los creyentes en Jesús no son inmunes a sucumbir al temor o a la ansiedad. Preocuparnos por las dificultades que podamos encontrar o no, puede impedirnos depender de la fe e incluso puede dañar nuestras relaciones con Dios y con los demás.
Pero el Espíritu Santo puede ayudarnos a recordar la fidelidad de Dios en el pasado. Él puede infundirnos una confianza valiente en la fiabilidad de Dios, ya que «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos» (Hebreos 13:8).
Xochitl y Alan Dixon
¿Qué pruebas han superado como familia? ¿Cómo pueden los recuerdos de cómo Dios les ayudó superarlas ayudarles para que confíen más plenamente en Él?
Dios amoroso, gracias por afirmar que no necesitamos saber todo lo que nos espera cuando te conocemos a ti. Gracias por ser Aquel que nunca cambia y siempre cumple sus promesas.
En «Somos familia», vas a aprender de siete historias de familias que han puesto a Dios en primer lugar en sus hogares. Como miembros de la familia de Dios, estas reflexiones son de gran provecho para edificar juntos su reino multicultural y cultivar la fe de las generaciones venideras.
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