… a fin de que […] seáis plenamente capaces de comprender […] el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento… – EFESIOS 3:17-19

 
Lectura bíblica para hoy: Juan 3:1-16

 

El amor de Dios hacia nosotros es tan profundo que nos resulta difícil comprenderlo. Nos llega atravesando la oscuridad de este mundo pecador, aunque no hay manera de que lo merezcamos. La Biblia afirma que, antes de que Dios creara nuestro planeta, decidió mostrar la profundidad de su amor por nosotros por medio de la muerte de su Hijo en la cruz (1 Pedro 1:20; Apocalipsis 13:8).

 

En mi imaginación, miro atrás y veo al Señor levantando las montañas a alturas majestuosas, cortando valles para el caudal de los ríos y extendiendo vastas llanuras. Lo veo creando los poderosos océanos y los hermosos lagos. Luego, lo observo hacer una pausa y reflexionar en lo buena que es su creación. Echa un vistazo a aquella parte del mundo donde nacería su Hijo. Él sabe que Jesús iba a ser rechazado y crucificado. Con un movimiento de su mano, podría destruir el mundo y salvar a su Hijo de la agonía de la cruz. Pero no lo hace.

 

A causa del amor de Dios, el Hijo vino a la Tierra y lo mataron. Murió en el Calvario para pagar la pena por nuestros pecados. En Juan 3:16 leemos: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna». ¡Oh, cuán grande es el amor de Dios por nosotros!

 

La vida eterna es posible debido al eterno amor de Dios