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Articles by Xochitl Dixon

Misión de rescate

Voluntarios de una organización de rescate de animales de granja en Australia encontraron una oveja errante cubierta con más de 35 kilos de lana sucia y enmarañada. Supusieron que alguien la había olvidado y que estuvo perdida entre los arbustos al menos cinco años. Entonces, la aliviaron mediante el incómodo proceso de esquilar su pesado vellón. Una vez liberada de su carga, Baarack comió. Sus piernas se fortalecieron, y fue adquiriendo más confianza y seguridad a medida que pasaba tiempo con sus rescatadores y los otros animales en el refugio.

El poder de la Palabra de Dios

La Nochebuena de 1968, los astronautas de la Apollo 8 —Borman, Lovell y Anders— fueron los primeros humanos en entrar en la órbita lunar. Mientras giraban alrededor de la luna, compartían imágenes del astro y de la tierra. Durante una transmisión en vivo, se turnaron para leer Génesis 1. En la celebración del 40.° aniversario, Borman dijo: «Nos habían dicho que en la Nochebuena tendríamos la mayor audiencia que haya escuchado una voz humana. La única instrucción que recibimos de la NASA fue que hiciéramos algo pertinente». Los versículos bíblicos leídos entonces aún plantan semillas de verdad en el corazón de quienes oyen la histórica grabación.

Aliento mutuo

Después de otra semana de verme sacudida por más reveses médicos, me hundí en el sofá. No quería pensar en nada. No quería hablar con nadie. Ni siquiera podía orar. El desánimo y las dudas me agobiaban cuando encendí el televisor. Comencé a mirar una publicidad que mostraba a una niña que le hablaba a su hermanito. «Eres un campeón», le dijo. Mientras ella seguía alentándolo, la sonrisa de él fue creciendo… y la mía también.

Esperanza perdurable

Al pequeño Solomon, de cuatro años, le diagnosticaron distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad degenerativa. Un año más tarde, los médicos nos recomendaron una silla de ruedas. Pero Solomon protestó porque no quería usarla. Los familiares y amigos oraron por él y juntaron dinero para un perro de servicio entrenado especialmente para ayudarlo y evitar la silla de ruedas mientras sea posible.

Mejor juntos

María, una madre soltera que trabajaba mucho, casi nunca faltaba a la iglesia. Cada semana, tomaba un ómnibus para ir y volver con sus hijos, y ayudaba a ordenar antes y después de las reuniones.

Razones para regocijarse

Cuando la Sra. Glenda entró en el área común de la iglesia, su alegría contagiosa inundó el lugar. Acababa de recuperarse de un difícil procedimiento médico. Mientras se acercaba para nuestro habitual saludo después de la reunión, di gracias a Dios por todas las veces que ella había llorado conmigo, me había corregido con delicadeza y dado ánimo. Incluso me había pedido perdón cuando pensó que había herido mis sentimientos. Siempre me invita a hablar con sinceridad sobre mis luchas y me recuerda que tenemos muchas razones para alabar a Dios.

Aflicción y gratitud

Después de la muerte de mi madre, una de sus compañeras que también tenía cáncer se me acercó y dijo llorando: «Tu mamá era tan buena conmigo. Lamento que ella muriera… en vez de morir yo».

Un reencuentro celestial

Cuando escribía el obituario de mi mamá, sentí que la palabra murió era muy extrema para la esperanza que tenía de nuestro prometido reencuentro en el cielo. Entonces, puse: «Fue recibida en los brazos de Jesús». Aun así, a veces me entristezco cuando miro fotos familiares más actuales donde ella no está. No obstante, hace poco descubrí a un artista que, utilizando fotos de los seres queridos, elabora retratos familiares que incluyen a aquellos que hemos perdido. Con sus pinceladas, este artista representa la promesa de Dios de un reencuentro celestial. Derramé lágrimas al pensar en ver a mi mamá sonriendo a mi lado otra vez.

Arraigados en amor

Llegué al centro de cuidados para personas con cáncer —donde me quedaría a cuidar a mi mamá— sintiéndome sola y con miedo, y a más de 1.200 kilómetros de mi familia. Pero antes de que pudiera siquiera tocar mi equipaje, Frank, un hombre con una sonrisa enorme, ofreció ayudarme. Para cuando llegamos al sexto piso, yo había planeado visitar a su esposa Lori, la cual lo cuidaba durante su tratamiento. Pronto, fuimos como familia, al descansar en Dios y unos con otros. Nos reíamos, nos desahogábamos y orábamos juntos. Aunque nos sentíamos desplazados, nuestra conexión con Dios y entre nosotros nos mantuvo arraigados en el amor.

Nómades radiantes

Bajo un cielo nocturno en la primavera de 2020, los surfistas cabalgaban las olas bioluminiscentes en la costa de San Diego. Este espectáculo de luces era provocado por organismos microscópicos llamados fitoplancton, nombre derivado de una palabra griega que significa «nómade». Durante el día, producen mareas rojas y captan la luz solar que se convierte en energía química. En la oscuridad, cuando se los perturba, producen una luz azul radiante.