Dios ve, entiende y se interesa
Vivir con dolor y fatiga crónicos hace que uno se sienta aislado y solo. A menudo, me he sentido invisible ante Dios y los demás. Durante una caminata de oración una mañana, luchaba con estos sentimientos. A lo lejos, noté un globo aerostático. Las personas que iban en el canasto podían disfrutar de una vista panorámica de nuestro vecindario, pero no me veían a mí. Suspiré mientras seguía caminando junto a las casas de mis vecinos. ¿Cuántas personas detrás de esas puertas se sentían invisibles e insignificantes? Terminé mi caminata y le pedí a Dios que me diera oportunidades de decirles a mis vecinos que los veo y me intereso por ellos, y que Él también lo hace.
Amar como Jesús
Mientras esperaba el tren en una estación, un joven con pantalones de vestir y camisa abotonada estaba sentado en un banco y luchaba con su corbata. Una mujer mayor le dijo a su esposo que lo ayudara. Cuando el anciano se acercó y empezó a enseñarle al joven cómo hacer el nudo, alguien tomó una foto de los tres. Cuando esta se hizo viral, muchos escribieron comentarios sobre el poder de los actos espontáneos de bondad.
Lágrimas de alabanza
Hace años, cuidé a mi mamá en un centro para enfermos terminales. Agradecí a Dios por los cuatro meses que me permitió atenderla y le pedí que me ayudara durante mi duelo. Solía costarme alabar a Dios en medio de mis sentimientos mezclados, pero cuando ella dio su último aliento y yo lloraba desconsoladamente, susurré: «¡Aleluya!». Me sentí culpable de alabar a Dios en ese momento devastador, hasta que años después, observé más detenidamente el Salmo 30.
Reconocer la voz de Dios
Después de años de investigación, los científicos han descubierto que los lobos tienen diferentes voces que los ayudan a comunicarse entre ellos. Con un decodificador de sonido especial, una científica observó que los diversos volúmenes y tonos del aullido de un lobo le permitieron identificar determinados lobos con un 100 % de precisión.
Arrancar el pecado
Cuando vi una ramita brotando junto a la manguera de nuestro jardín, ignoré el aparentemente inofensivo engendro. ¿Cómo podría dañar nuestro césped una pequeña maleza? Pero a las semanas, había crecido hasta ser un pequeño arbusto que empezaba a apoderarse del terreno, de parte de la acera y otras zonas. Reconociendo su existencia destructiva, le pedí a mi esposo que me ayudara a arrancar de raíz esa hierba mala y poner herbicida.
Tarjetas de oración
Durante una conferencia sobre escritura donde serví como docente, Tamy me entregó una postal con una oración escrita a mano. Me explicó que había leído las biografías de los docentes, escribió oraciones en cada tarjeta y oró mientras nos las entregaba. Conmovido por los detalles de su mensaje personal, le di gracias a Dios por animarme mediante el gesto de Tamy. Cuando luchaba con dolor y fatiga durante la conferencia, Dios renovaba mi espíritu al releer la nota.
Si solo pudiera imaginar
Me senté en la iglesia detrás de una mujer, cuando el grupo de alabanza empezó a tocar una canción llamada «Si solo pudiera imaginar». Adoramos allí, y cuando más tarde me contó sus luchas con la salud, decidimos orar juntas durante sus próximos tratamientos para el cáncer.
Más que vencedores
Cuando mi esposo era el entrenador del equipo de béisbol de nuestro hijo, recompensaba a los jugadores con una fiesta de fin de año y les reconocía sus progresos durante la temporada. Uno de los jugadores más jóvenes, Dustin, se me acercó durante un evento y preguntó: —¿No perdimos el partido hoy?
Misión de rescate
Voluntarios de una organización de rescate de animales de granja en Australia encontraron una oveja errante cubierta con más de 35 kilos de lana sucia y enmarañada. Supusieron que alguien la había olvidado y que estuvo perdida entre los arbustos al menos cinco años. Entonces, la aliviaron mediante el incómodo proceso de esquilar su pesado vellón. Una vez liberada de su carga, Baarack comió. Sus piernas se fortalecieron, y fue adquiriendo más confianza y seguridad a medida que pasaba tiempo con sus rescatadores y los otros animales en el refugio.
El poder de la Palabra de Dios
La Nochebuena de 1968, los astronautas de la Apollo 8 —Borman, Lovell y Anders— fueron los primeros humanos en entrar en la órbita lunar. Mientras giraban alrededor de la luna, compartían imágenes del astro y de la tierra. Durante una transmisión en vivo, se turnaron para leer Génesis 1. En la celebración del 40.° aniversario, Borman dijo: «Nos habían dicho que en la Nochebuena tendríamos la mayor audiencia que haya escuchado una voz humana. La única instrucción que recibimos de la NASA fue que hiciéramos algo pertinente». Los versículos bíblicos leídos entonces aún plantan semillas de verdad en el corazón de quienes oyen la histórica grabación.