Una inversión absurda
En 1929, cuando la economía estadounidense colapsó, millones de personas perdieron todo. Pero Floyd Odlum no. Cuando todos vendían sus acciones a precios sumamente bajos, Odlum pareció actuar como un necio al comprarlas, pero esa «perspectiva» necia dio su fruto al generar enormes inversiones que duraron décadas.
Rescatado de enemigos poderosos
En 2010, George Vujnovich recibió la estrella de bronce por organizar uno de los esfuerzos de rescate más grandes de la Segunda Guerra Mundial. Hijo de inmigrantes serbios a Estados Unidos, se había alistado en el ejército de Estados Unidos. Cuando llegó la noticia de que pilotos estadounidenses derribados estaban siendo protegidos por rebeldes en Yugoslavia, Vujnovich regresó a la tierra de su familia para buscarlos. Los dividió en pequeños grupos y les enseñó a mezclarse con los serbios. Después, fue llevándolos a aviones que esperaban en una pista de aterrizaje en medio del bosque. Así rescató a 512 hombres eufóricos.
Una gran luz
En 2018, doce muchachos tailandeses y su entrenador de fútbol entraron en una cueva, con la intención de disfrutar de una tarde de aventura. El crecimiento inesperado del agua los forzó a ir cada vez más adentro, y pasaron dos semanas y media antes de que unos equipos de buceo, resistidos por el agua, pudieran rescatarlos. Entretanto, pasaron horas sentados sobre unas pequeñas rocas en medio de la oscuridad, con solo seis linternas parpadeantes y la esperanza de que alguna luz —y ayuda— apareciera.
Poderoso y lleno de amor
En 2020, el volcán Sangay, en Ecuador, erupcionó. La BBC detalló: «la oscura columna de humo alcanzó una altura de más de 12.000 metros», y cuatro provincias (unos 800 kilómetros cuadrados) quedaron cubiertas de cenizas y hollín. El cielo se puso gris y sombrío; el aire era sofocante y hacía difícil la respiración. El granjero Feliciano Inga describió la escena en el periódico El Comercio: «No sabíamos de dónde venía todo ese polvo […]. Vimos que el cielo se oscurecía y tuvimos miedo».
La prueba
La primera vez que llevé a mis hijos a escalar una montaña de más de 4.200 metros, estaban nerviosos. ¿Lo lograrían? ¿Estaban preparados para el desafío? El menor se detenía para descansar por largos ratos, y repetía: «Papá, no puedo seguir más». Pero yo confiaba en que esa prueba les haría bien, y quería que confiaran en mí. Unos 1.600 metros antes de llegar a la cima, ese mismo hijo que insistía con que no daba más, tomó el segundo aliento y nos ganó en llegar. Estaba tan contento de haber confiado en mí, aun en medio de sus miedos.
Verdad, mentiras y justicieros
Durante la temporada de béisbol de 2018, un entrenador de los Chicago Cubs quiso regalarle una pelota de béisbol a un niño que estaba sentado junto al banquillo. Pero cuando se la arrojó para que la atrapara, un hombre la atajó. El video de lo sucedido se viralizó. Los medios despedazaron a aquel «bruto». Sin embargo, los espectadores no conocían toda la historia. Anteriormente, el hombre había ayudado al muchacho a atrapar una bola perdida y habían acordado compartir la siguiente. Por desgracia, pasaron 24 horas antes de que surgiera la verdad. Las multitudes ya habían hecho estragos, demonizando a un hombre inocente.
Problemas buenos
Cuando John Lewis, congresista y líder de los derechos civiles estadounidense, murió en 2020, muchos se lamentaron. Durante una marcha por los derechos de los ciudadanos negros a votar, Lewis se fisuró el cráneo y sufrió cicatrices permanentes. «Cuando ves algo que no es justo —dijo—, tienes la obligación moral de decir y hacer algo. Nunca tengas miedo de hacer un poco de ruido y meterte en problemas buenos y necesarios».
Negativa firme
Cuando los nazis reclutaron a Franz Jägerstätter durante la Segunda Guerra Mundial, completó el entrenamiento militar básico pero rehusó jurar lealtad a Adolfo Hitler. Las autoridades le permitieron regresar a su granja, pero luego, lo convocaron para el servicio activo. Sin embargo, después de ver de cerca la ideología nazi y enterarse del genocidio judío, decidió que su lealtad a Dios significaba no pelear nunca por los nazis. Fue arrestado y ejecutado, lo que dejó a su esposa y tres hijas sin él.
Rescate divino
Tras una llamada al 911, un policía condujo junto a las vías del tren, iluminando con los reflectores, hasta que divisó el vehículo atravesado sobre los rieles. La cámara del patrullero captó la escena mientras un tren se acercaba al automóvil. «El tren venía rápido —dijo el policía—, a más de 80 kilómetros por hora». Sin vacilar, segundos antes de que lo atropellara, alcanzó a sacar del auto a un hombre desmayado».
Justicia perfecta
En 1983, tres jóvenes fueron arrestados por asesinar a otro de catorce años «por causa de su chaqueta [deportiva]». Sentenciados a cadena perpetua, pasaron 36 años detrás de las rejas, hasta que surgieron pruebas que revelaron su inocencia. Antes de que el juez los liberara, hizo pública una disculpa.