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Articles by Winn Collier

Absorber el mal

El desastre nuclear en Fukushima, en 2011, causado por un terremoto, liberó enormes cantidades de toxinas y obligó a evacuar a más 150.000 residentes. Uno de ellos dijo: «Es como si una nieve invisible cayera sin parar sobre Fukushima, cubriendo la zona». La elevada radiación se manifestó en las cosechas, la carne y «focos» a cientos de kilómetros de la planta. Para combatir la contaminación, los habitantes empezaron a plantar girasoles, que se sabe que absorben la radiación. Plantaron más de 200.000 semillas, y ahora Fukushima está repleta de girasoles.

San Nicolás

La persona que conocemos como San Nicolás nació aproximadamente en 270 d.C. en una familia griega adinerada. Trágicamente, sus padres murieron cuando era niño, y vivió con su tío que le enseñó a seguir a Dios. Cuando Nicolás era joven, cuenta la leyenda que se enteró de que había tres hermanas que no tenían dote para casarse, y pronto quedarían indigentes. Como quería seguir la enseñanza de Jesús de dar a los necesitados, tomó su herencia y le dio a cada hermana una bolsa de monedas de oro. Después, regaló el resto de su dinero, alimentando a los pobres y ocupándose de los demás. En siglos posteriores, Nicolás fue la inspiración para el personaje que conocemos como Papá Noel.

Conocer la voz del pastor

Cuando era un niño y vivía en una granja en Tennessee, pasaba unas tardes maravillosas con mi mejor amigo. Caminábamos por el bosque, montábamos ponis, íbamos a rodeos y nos metíamos en los establos para ver cómo domaban caballos. Pero cuando oía el silbido de mi papá —ese sonido claro que atravesaba el viento y todo otro ruido—, dejaba de inmediato lo que estaba haciendo y volvía a casa. La señal era inconfundible; sabía que mi padre me estaba llamando. Décadas después, todavía puedo reconocer ese silbido.

De cabeza al peligro

En 1892, un enfermo de cólera transmitió accidentalmente la enfermedad a través del río Elba, en Hamburgo, de donde se suministraba agua a toda Alemania. En pocas semanas, 10.000 personas murieron. Ocho años antes, el microbiólogo Robert Koch había descubierto que el cólera se transmitía por el agua. Su revelación incentivó a funcionaros de ciudades grandes de Europa a invertir en sistemas de filtrado para proteger el agua. Pero las autoridades de Hamburgo no habían hecho nada, alegando los altos costos y lo discutible de la ciencia.

La sabiduría que necesitamos

En su extraordinario libro La gran gripe, John M. Barry relata la historia de la epidemia de gripe de 1918. Allí revela cómo los funcionarios de salud, en lugar de ser sorprendidos con la guardia baja, previeron un brote masivo. Temían que la Primera Guerra Mundial, con cientos de miles de soldados hacinados en las trincheras y cruzando las fronteras, desatara nuevos virus. Pero saber esto no sirvió para detener la devastación. Líderes poderosos se lanzaron a la violencia. Y los epidemiólogos estiman que cincuenta millones de personas murieron por la epidemia, sumadas a las más de veinte millones muertas por la matanza en la guerra.

Restauración hermosa

En su maravilloso libro Art + Faith: A Theology of Making [Arte + fe: Una teología de la elaboración], el renombrado artista Makoto Fujimura describe la antigua técnica japonesa del kintsugi, en el cual el artista toma trozos de cerámica rotos y los une con laca mezclada con oro. Explica que el kintsugi no solo «repara» una vasija rota, sino que la hace aún más bella que el original. Este arte se volvió muy valioso y deseado después de su implementación, hace siglos, cuando la copa favorita de un jefe militar fue destruida y luego reparada de manera hermosa.

Historia épica de Dios

La tapa de la revista Life del 12 de julio de 1968 mostraba una foto horrorosa de niños desnutridos en Biafra. Un joven, consternado, le llevó un ejemplar a un pastor y preguntó: «¿Dios sabe esto?». El pastor respondió: «Sé que no entiendes, pero sí, Dios lo sabe». El muchacho se fue, diciendo que no le interesaba un Dios así.

Jesús, nuestro hermano

Bridger Walker tenía solo seis años cuando un perro amenazador arremetió contra su hermana menor. Instintivamente, saltó frente a ella para protegerla del feroz ataque. Después de recibir asistencia y 90 puntos en la cara, Bridger explicó: «Si alguien tenía que morir, pensé que debía ser yo». Felizmente, los cirujanos plásticos ayudaron a curar su cara. Pero su amor fraternal, demostrado en fotos recientes abrazando a su hermana, sigue tan intenso como siempre.

Los poderosos y los débiles

El equipo de fútbol americano de la Universidad de Iowa tiene una tradición conmovedora. El Hospital de Niños Stead Family se encuentra al lado de su estadio, y el piso superior tiene ventanales desde donde se ve el campo de juego. Cuando hay partidos, los niños enfermos y sus familiares observan desde allí, y al final del primer cuarto, entrenadores, deportistas y miles de aficionados miran hacia el hospital y saludan. En esos instantes, los ojos de los niños se iluminan. Es conmovedor ver que todos hacen una pausa y muestran su interés por ellos.

Oración y transformación

En 1982, el pastor Christian Führer comenzó reuniones de oración en la iglesia St. Nicholas en Leipzig. Durante años, un grupo pequeño se reunió para pedirle paz a Dios en medio de la violencia mundial y el opresivo régimen de Alemania Oriental. Aunque las autoridades comunistas vigilaban de cerca a las iglesias, eso no les preocupó hasta que la asistencia aumentó, al punto de convertirse en reuniones masivas fuera del edificio. El 9 de octubre de 1989, 70.000 personas se reunieron y protestaron pacíficamente. Unos 6.000 policías estaban listos para actuar ante cualquier provocación, pero la multitud se mantuvo tranquila. Los historiadores consideran que ese día fue un punto de inflexión. Un mes más tarde, cayó el muro de Berlín. Todo comenzó con una reunión de oración.