Cuando ellos no ven
Nuñez rodó por la montaña hasta un valle donde todos eran ciegos. Una enfermedad les había quitado la vista a los moradores originales, y las generaciones subsiguientes —todas nacidas ciegas— se habían adaptado a vivir sin poder ver. Nuñez trató de explicarles cómo era tener vista, pero nos les interesó. Finalmente, encontró un sendero entre las montañas que le impedían dejar el valle. ¡Era libre! Pero desde allí, vio que un alud estaba por aplastar a los ciegos. Trató de advertirles, pero lo ignoraron.
Un curso de acción
¿Qué hacemos? Una pareja agonizaba por saber cómo relacionarse con amigos y familiares que habían decidido vivir ajenos a principios bíblicos. Al estudiar las Escrituras y orar, surgió un curso de acción: primero, reforzaron su amor a sus amigos y seres queridos; segundo, les expresaron lo bueno sobre ellos según el diseño de Dios; y tercero, compartieron cómo interactuarían con ellos conforme a la sabiduría bíblica. Con el tiempo, al expresar un amor semejante al de Cristo, fueron desarrollando una mayor confianza relacional mutua.
Ver a Dios en la creación
Kenny se paró frente a la congregación que había abandonado hacía años cuando perdió su fe en Dios, y compartió que había sido restaurado. ¿Cómo? Dios había tocado su corazón a través del diseño y la belleza que vio en la creación. El testimonio de la revelación general de Dios en el mundo natural lo llevó a abrazar ahora la sabiduría de la revelación especial de las Escrituras. Después de compartir su historia, su padre, con lágrimas de gozo, lo bautizó con base en su fe en Jesús.
A quién escuchamos
«Tengo que informar una emergencia. Mi piloto falleció», dijo nervioso Doug White a la torre de control. Minutos después de despegar, el piloto del avión privado que Doug había rentado murió de forma súbita. Doug entró en la cabina, con solo tres meses de entrenamiento para pilotar aviones menos sofisticados. Entonces, escuchó atentamente a los controladores de un aeropuerto local, que lo guiaron para aterrizar. Más tarde, dijo: «Salvaron a mi familia de una muy posible muerte atroz».
Una respuesta agradecida
Pescado crudo y agua de lluvia. Un marinero australiano sobrevivió con solo estas provisiones durante tres meses. Abandonado en una isla a casi 2.000 kilómetros del continente, ya perdía las esperanzas. Pero entonces, la tripulación de un barco pesquero vio el bote y lo rescató. Más tarde, el delgado y curtido hombre declaró: «Al capitán y la empresa de pesca que salvaron mi vida, ¡estoy tan agradecido!».
Una sorpresa hermosa
La plantación contenía un secreto; algo oculto. Para festejar sus 50 años de casados, Lee Wilson apartó 82 hectáreas de su tierra para producir el quizá más grandioso regalo floral para su esposa. En secreto, plantó semillas de girasol que, finalmente, brotaron hasta ser 1.2 millones de flores doradas, las favoritas de ella. Cuando las coronas amarillas se irguieron, Renee quedó atónita y maravillada con el hermoso acto de amor de Lee.
Enseñanza loca
Sophia Roberts tenía once años cuando presenció por primera vez una cirugía a corazón abierto. Aunque podría parecer que era muy pequeña para ver semejante procedimiento, hay que saber que su papá, el Dr. Harold Roberts, es cirujano cardiovascular. En 2022, Sophia (que ahora tiene 30 años y es médica cirujana residente) realizó con su papá un reemplazo de la válvula aórtica. Harold dijo: «¿Qué mejor? Le enseñé a esta niña a andar en bicicleta […]. Ahora, enseñarle a operar un corazón humano es bastante loco».
Vale la pena esperar
Phil Stringer esperó 18 horas para abordar un vuelo demorado. Pero su paciencia y perseverancia valieron la pena. ¡No solo llegó a su destino a tiempo para unas reuniones de negocio importantes, sino que fue también el único pasajero en el vuelo! Los asistentes de vuelo le dieron todo lo que deseaba comer, y Stringer agrega: «Por supuesto, me senté en la primera fila. ¿Por qué no, si tienes todo el avión para ti solo?». Sin duda, la espera valió la pena.
Adoración transformadora
Susy lloraba sentada afuera de la unidad de terapia intensiva; paralizada por el miedo. Los pulmones de su bebé de dos meses estaban llenos de líquido, y los doctores dijeron que harían todo lo posible para salvarlo, pero sin garantías. Dice que, en ese momento, «sintió el delicado impulso del Espíritu Santo que le recordaba adorar a Dios». Sin fuerza para cantar, reprodujo canciones de alabanza en su teléfono durante los tres días siguientes en el hospital. Mientras adoraba, encontró esperanza y paz. Hoy señala que la experiencia le enseñó que «la adoración no cambia a Dios, pero sí a la persona».
No darse por vencido en Cristo
En la obra clásica de J. R. Tolkien, La comunidad del anillo, cuando Gandalf confronta a Saruman, queda claro que este había abandonado lo que supuestamente debía hacer: ayudar a proteger Tierra Media del poder de Sauron, el ser maligno. Y no solo eso, ¡se había aliado con Sauron! Entonces, los examigos entablaron una batalla épica del bien contra el mal. ¡Si tan solo Saruman no se hubiese dado por vencido y hecho lo que sabía que era correcto!