Esperanza en la espera
En 2020, Alida se hizo una prueba de ADN y descubrió una gran coincidencia con un hombre que vivía en la costa opuesta de Estados Unidos. Más tarde, encontró artículos de la década de 1950 que la llevaron a concluir que el hombre era su tío perdido: ¡Luis! Lo habían secuestrado cuando tenía seis años. Esa prueba realizada setenta años después, llevó a un feliz reencuentro con sus familiares biológicos. Alida dijo: «Nuestra historia podría ayudar a otras familias […]. Yo diría: no se rindan».
Una postura de oración
Una larga batalla contra una enfermedad crónica había pasado factura a Jaime. Aunque deseaba pasar tiempo con Dios cada mañana, orando y meditando en las Escrituras, no podía encontrar una posición en su silla que no fuera dolorosa. Se movía de un lado a otro, pero sin alivio. Finalmente, desesperado, cayó de rodillas. Al hacerlo, esa postura de oración disminuyó su dolor agonizante. En las mañanas que siguieron, pasó tiempo con Dios de rodillas, sintiendo consuelo mientras clamaba a Él en oración.
Completar nuestro llamamiento en Cristo
Ginnie Hislop fue ovacionada al recibir el diploma de su máster en 2024, ¡84 años después de haber completado sus estudios! En 1941, solo le faltaba presentar su tesis, cuando su novio fue llamado a servir durante la Segunda Guerra Mundial. Los dos se casaron rápidamente y se dirigieron a su puesto militar, dejando atrás el título casi obtenido de Ginnie. Sin embargo, tras una larga pausa, pudo lograrlo.
Cavar profundo por sabiduría
Un equipo de construcción en Florida, Estados Unidos, que trabajaba en un proyecto de drenaje, desenterró un tesoro valioso: un barco de pesca bien conservado del siglo xix, que contenía artefactos interesantes, incluidas parte de una lámpara de querosén, tazas hechas con cáscaras de coco y monedas. El barco se está estudiando con la esperanza de que proporcione detalles sobre cómo era la vida en esa región hace más de cien años. «No es solo la embarcación en sí. Es un recordatorio de gente común», dijo un arqueólogo marítimo. Al cavar profundamente, se obtuvo conocimiento y sabiduría.
Vida en Cristo
Una familia que había perdido contacto con su hijo y hermano Tyler recibió una urna que supuestamente contenía sus cenizas. Con solo 22 años de edad, al parecer había muerto de una sobredosis de drogas. Durante años, había luchado con los efectos de las drogas y las malas decisiones. Pero antes de la reportada sobredosis, había estado sobrio tras completar un programa de recuperación de adicciones. Luego, las autoridades descubrieron algo sorprendente: ¡Tyler estaba vivo! Lo habían confundido con otro joven que había muerto por sobredosis. Más tarde, reunido con su familia y reflexionando sobre la muerte del otro joven, Tyler dijo: «Podría haber sido yo».
Ningún dolor desaprovechado
Me miró a los ojos y dijo: «No desaproveches tu dolor». Mi mente volvió de inmediato al momento cuando, hacía años, yo había dirigido el funeral de su hijo que había perdido la vida en un accidente. Ella sabía de qué estaba hablando. Conocía el dolor. Pero también sabía cómo Dios podía usarlo para honrarlo a Él y ayudar a otros. Sus palabras me alentaron y confortaron cuando enfrenté un diagnóstico de cáncer grave. Ella me recordó que Dios oye mis clamores, y que está conmigo en mi dolor y podría usarlo para ayudar a otros.
Extender ante Dios
Brian había estado con el cardiólogo más de una hora. Su amigo, en la sala de espera, oraba por sabiduría y sanidad para su amigo enfermo. Cuando finalmente salió, le mostró la pila de papeles que le habían dado. Mientras los extendían sobre la mesa, consideraban diversas opciones para tratar su estado delicado. Hablaron de la necesidad de orar y pedir sabiduría a Dios para los pasos siguientes. Y luego, Brian dijo: «Sea lo que sea que pase, estoy en las manos de Dios».
Acción; no distracción
El conductor de un autobús escolar se desmayó al volante, y el vehículo, cargado con sesenta alumnos, iba descontrolado. Dillon Reeves, alumno de séptimo grado, corrió a la parte delantera del autobús y pisó el freno. Mientras la mayoría de los estudiantes estaban distraídos con sus teléfonos, Dillon —que no tenía teléfono— reaccionó. Permanecer alerta y no distraerse lo ayudó a salvar la vida de todos los que iban a bordo, incluido el conductor.
Cuando ellos no ven
Nuñez rodó por la montaña hasta un valle donde todos eran ciegos. Una enfermedad les había quitado la vista a los moradores originales, y las generaciones subsiguientes —todas nacidas ciegas— se habían adaptado a vivir sin poder ver. Nuñez trató de explicarles cómo era tener vista, pero nos les interesó. Finalmente, encontró un sendero entre las montañas que le impedían dejar el valle. ¡Era libre! Pero desde allí, vio que un alud estaba por aplastar a los ciegos. Trató de advertirles, pero lo ignoraron.
Un curso de acción
¿Qué hacemos? Una pareja agonizaba por saber cómo relacionarse con amigos y familiares que habían decidido vivir ajenos a principios bíblicos. Al estudiar las Escrituras y orar, surgió un curso de acción: primero, reforzaron su amor a sus amigos y seres queridos; segundo, les expresaron lo bueno sobre ellos según el diseño de Dios; y tercero, compartieron cómo interactuarían con ellos conforme a la sabiduría bíblica. Con el tiempo, al expresar un amor semejante al de Cristo, fueron desarrollando una mayor confianza relacional mutua.