Vestido por el Espíritu Santo
Dos niños de ocho años, en Maine, un estado rural estadounidense, se hicieron famosos por vestir trajes para ir a la escuela los miércoles. Pronto, los «Miércoles elegantes» se volvieron días especiales cuando compañeros de clase y personal de la escuela hicieron lo mismo. James, quien lanzó la idea, dijo: «Hacía que mi corazón se sintiera realmente bien». Su vestimenta destacaba con orgullo a los niños en su escuela.
Vestido por el Espíritu Santo
Dos niños de ocho años, en Maine, un estado rural estadounidense, se hicieron famosos por vestir trajes para ir a la escuela los miércoles. Pronto, los «Miércoles elegantes» se volvieron días especiales cuando compañeros de clase y personal de la escuela hicieron lo mismo. James, quien lanzó la idea, dijo: «Hacía que mi corazón se sintiera realmente bien». Su vestimenta destacaba con orgullo a los niños en su escuela.
Entrega tus preocupaciones a Jesús
Nancy le temía al futuro. Su esposo se había desmayado tres veces durante una caminata en una zona rural, pero los médicos de un pequeño hospital cercano no habían encontrado nada mal. En un centro médico más grande, tras estudios adicionales, tampoco encontraron nada. «Tenía mucho miedo», declaró Nancy, así que, cuando dieron de alta a su esposo, le preguntó por última vez al cardiólogo: «¿Qué hacemos ahora?». Las sabias palabras que le respondió, para nada superficiales, cambiaron para siempre su perspectiva: «Vayan y vivan su vida».
La paz de Cristo
¿Ganarían discutiendo? «Jamás», advirtió un líder a los residentes de un pequeño pueblo donde una batalla campal entre los ambientalistas y los dueños de pequeñas empresas desencadenó las «Guerras de las Adirondack». Luchaban por mantener la inmaculada tierra salvaje en el norte del estado de Nueva York o impulsar su desarrollo.
Comprometido a amar
En la boda de Mercedes, su madre leyó un pasaje hermoso de 1 Corintios. El capítulo 13, «el capítulo del amor», sonaba perfecto para la ocasión: «El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece» (v. 4). Mientras escuchaba, me pregunté si las parejas modernas sabían qué impulsó al apóstol a escribir estas palabras conmovedoras. Pablo no estaba escribiendo un poema de amor, sino un ruego a una iglesia dividida para que sanara sus profundas grietas.
El regalo de las pruebas
Aunque lograron que los humanos vuelen, la travesía de los dos hermanos Wright no fue fácil. A pesar de los innumerables fracasos, ridiculizaciones, problemas de dinero y una lesión grave de uno de ellos, las pruebas que enfrentaron no los detuvieron. Orville Wright señaló: «Ningún ave se eleva en la calma». Según el biógrafo David McCullough, la idea es que la adversidad puede «ser a menudo lo que uno necesita para volar más alto». Y agregó: «Su alegría no era llegar a la cima de la montaña, sino escalarla».
La presencia protectora de Dios
Mis nietos miraban mi anuario de la escuela secundaria y se maravillaban de los cortes de cabello, la ropa fuera de moda y los autos «antiguos» en las fotos. Yo vi algo diferente: sonrisas de compañeros de hace tiempo, algunos todavía amigos. Pero, más que eso, vi el poder protector de Dios. Su presencia y su bondad me rodearon y cuidaron en una escuela donde luché para adaptarme; bondad que concede a todos los que lo buscan.
Dios responderá
Cuando el pastor Timothy lleva su cuello de predicador mientras viaja, desconocidos suelen detenerlo en el aeropuerto y decirle: «Por favor, ore por mí». Hace poco, en un vuelo, una mujer se arrodilló junto a su asiento y le rogó: «¿Es pastor? ¿Podría orar por mí?». Y él lo hizo.
La luz de Cristo resplandece
Cuando las luces se apagaron en las calles de Highland Park, en Michigan, se despertó la pasión por otra fuente de luz: el sol. La ciudad no tenía fondos para pagarle a la compañía de electricidad, y esta apagó las luces y retiró 1.400 lámparas de los postes. Eso dejó a los residentes en peligro y oscuridad. Los periodistas reportaban que los niños corrían peligro cuando iban caminando a la escuela.
Tomar decisiones sabias
La decisión de vender la casa de mi amada madre cuando falleció pesaba en mi corazón. A pesar de lo que sentía, mi hermana y yo pasamos dos años limpiando y reparando la casa vacía, y aceptamos venderla. Eso fue en 2008, cuando una recesión global nos dejó sin compradores. Seguíamos bajando el precio, pero nadie la quería. Entonces, una mañana, mientras leía mi Biblia, este pasaje me llamó la atención: «Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan» (Proverbios 14:4).