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Articles by Lisa M. Samra

Coraje del Pastor

Las casi 170.000 personas en el estadio observaban de pie cuando el pateador del equipo de fútbol americano del Texas A&M, Seth Small, entró en el campo con solo dos segundos más de partido. Empatados contra el mejor equipo del país, un gol de campo sellaría una victoria épica. Con calma, Small se ubicó para patear. El estadio estalló cuando la pelota pasó entre los postes para obtener el puntaje ganador.

Jesús, el Renuevo

Entre las montañas de Sedona, Arizona, se levanta la pequeña Capilla de la Santa Cruz. Al entrar, me atrajo de inmediato una escultura inusual de Jesús en la cruz. En vez de una cruz tradicional, se lo muestra crucificado sobre ramas de árbol en dos direcciones. Las ramas horizontales representan las tribus de Israel, en el Antiguo Testamento, que rechazaron a Dios. Las verticales se elevan y simbolizan la floreciente tribu de Judá y el linaje del rey David.

«No hay tumba»

Incluso cuando la leyenda de la música country, Johnny Cash, estaba por morir, decidió seguir haciendo música. Su último álbum, American vi: Ain’t No Grave [Americano vi: No hay tumba], se grabó meses antes de su muerte. El título de la canción, la versión de Cash de un himno de Claude Ely, transmite sus últimos pensamientos, y lo oímos cantar de su esperanza en la resurrección. Su famosa voz grave, aunque debilitada por su salud en deterioro, da un poderoso testimonio de fe.

El cielo está cantando

El gozo se reflejaba en su voces cuando el coro de la escuela secundaria cantaba la canción argentina El cielo canta alegría. Me encantaba oírlos, pero no entendía la letra porque no sé español. Pero no pasó mucho tiempo antes de que reconociera una palabra familiar que expresaban con júbilo: «¡Aleluya!». Oí varias veces esta declaración de alabanza que suena similar en la mayoría de los idiomas. Ansiosa por saber el trasfondo de la canción, la busqué en internet y descubrí que habla del gozo que reflejarán las canciones en el cielo.

Abundancia celestial

Esperaba ocho bananas, pero cuando abrí las bolsas que entregaron en casa del supermercado, ¡había veinte! Enseguida me di cuenta de que mudarme a Inglaterra también significaba pasar de libras a kilogramos… En lugar de tres libras, pedí tres kilos (¡casi siete libras!) de bananas.

Extender la bondad de Cristo

¿Bondad o venganza? Isaías recibió un violento golpe en la cabeza por un lanzamiento durante un partido de béisbol de la liga regional. Cayó al suelo agarrándose la cabeza. Gracias a Dios, el casco lo había protegido de una grave lesión. Cuando se reanudó el juego, notó que el lanzador estaba visiblemente perturbado por su error involuntario. Entonces, Isaías hizo algo tan extraordinario que el video de su reacción se hizo viral. Caminó hasta el lanzador, le dio un abrazo consolador y le aseguró que estaba bien.

El tierno amor de Dios

Un video de 2017 de un papá consolando a su hijo de dos meses, mientras el bebé recibía las vacunas habituales, llamó la atención en todo el mundo por la forma en que captaba el amor del padre por su pequeño. Cuando la enfermera terminó, el papá lo puso tiernamente contra su mejilla y el bebé dejó de llorar enseguida. Casi no hay nada tan tranquilizador como el tierno cuidado de padres amorosos.

Siguiente paso de amor

¿Qué haría que alguien ayude a un competidor? Para Adolfo, el dueño de un restaurante, fue la oportunidad de alentar a otros en su mismo oficio a adaptarse a las regulaciones por el Covid. Conocía personalmente los desafíos de operar un negocio durante una pandemia. Alentado por la generosidad de otro negocio local, Adolfo gastó su propio dinero para comprar más de 2.000 dólares en tarjetas de regalo para darles a sus clientes para que las usaran en otros restaurantes. Esta sí que es una expresión de amor, no solo en palabras sino en acción.

Dios, nuestro refugio

La película Mujercitas, de 2019, me hizo releer mi desgastado ejemplar de la novela; en especial, las palabras reconfortantes de Margaret, la sabia y gentil madre. Me atrae la descripción de su sólida fe, que fundamenta muchas de sus frases de aliento a sus hijas. La que más me impactó es esta: «las penas y tentaciones […] quizá sean muchísimas, pero puedes vencerlas a todas si aprendes a sentir la fuerza y ternura de tu Padre celestial».

He visto la fidelidad de Dios

A lo largo de sus históricos 70 años como gobernante británica, la reina Isabel ii solo respaldó una biografía sobre su vida con un prólogo personal: The Servant Queen and the King She Serves [La reina sierva y el Rey al que sirve]. Lanzado para celebrar sus 90 años de edad, el libro relata cómo su fe la guio mientras servía a su país, y su gratitud a todos por orar por ella y a Dios por su amor inalterable. Concluye diciendo: «Ciertamente he visto su fidelidad».