En la casa del Señor
Después de una serie de entrevistas a gente anciana, el autor Don Gold publicó el libro Until the Singing Stops: A Celebration of Life and Old Age in America [Hasta que cese el canto: Un elogio a la vida y a la ancianidad en Norteamérica].
Mirar atrás
George Matheson, famoso por el himno Amor que no me dejarás, también escribió otra canción titulada Bendiciones ignoradas, en la que mira atrás al «camino recorrido». Al hacerlo, podía ver que su Padre celestial lo había guiado durante todo el trayecto.
Cualquier distancia y momento
Durante años, he mantenido correspondencia con un pastor de Nepal que suele viajar con los miembros de su iglesia a comunidades alejadas en el Himalaya, para predicar y fundar iglesias. Hace poco, me mandó su itinerario de la semana siguiente y me pidió que orara.
Como los pavos reales
Los pavos reales machos son criaturas que deslumbran con su plumaje verde azulado y sus largas colas rematadas en «ojos» de matices dorados, rojos y azules. Son aves sorprendentemente hermosas, ¡pero tienen las patas feas!
Orgullo y prejuicio
Allá por la década de 1930, el hogar de mi niñez estaba lleno de amor y felicidad, pero mis padres muchas veces no estaban. En aquellas ocasiones, el centro del afecto era la cocina y nuestra pequeña y alegre ama de llaves llamada Annie.
El viejo molino
Un hombre que creció en una hacienda en Texas cuenta de un viejo y destartalado molino que estaba junto al granero y que bombeaba agua para abastecer el lugar. Era la única fuente de agua en varios kilómetros a la redonda.
Camino largo y sinuoso
A veces, el sendero de la vida parece desesperadamente largo y empinado. No tengo fuerzas ni voluntad para la travesía. Entonces, recuerdo que Dios ya conocía este camino mucho antes de que me llamara a recorrerlo. Siempre supo las dificultades que experimentaría y conocía el dolor que yo jamás podría explicarle a nadie. Como Él lo sabe, me ofrece su compañía.
Cicatrices hermosas
Hace varios años, estaba haciendo una caminata junto al Río Salmón y me encontré con una arboleda de pinos que tenían el tronco parcialmente descortezado. Un amigo mío, que es guardabosques, me había contado que los aborígenes norteamericanos que cazaban en esta zona mucho tiempo atrás habían quitado la corteza de los troncos y sacado la capa subyacente para hacer goma de mascar. Algunas de las marcas eran horribles, pero otras, llenas de sabia cristalizada y pulidas por el viento y el clima, se habían transformado en figuras de una extraña belleza.
¿Demasiado servicial?
¿Es posible ser demasiado servicial? ¿Puede nuestra amabilidad, a la larga, dificultarles la vida a los demás? Sí, si somos pesados, impertinentes, asfixiantes, manipuladores o dominantes. Si lo único que motiva nuestro servicio es la ansiedad, quizá estemos simplemente tratando de ayudarnos a nosotros mismos.
Yo me lo llevo
Hace años, cuando estudiaba en la Universidad de California en Berkeley, me hice amigo de un compañero que sufrió una pérdida terrible. Su hijo había muerto y su esposa lo había dejado porque no podía superar la tristeza.