Lo que no se puede ver
Los historiadores dicen que la era atómica comenzó el 16 de julio de 1945, cuando la primera arma nuclear se detonó en un desierto remoto de Nueva México, pero el filósofo griego Demócrito (aprox. 460-370 a.C.) ya estaba explorando la existencia y el poder del átomo mucho antes de la invención de alguna cosa que pudiera siquiera ver esas pequeñas partículas del universo. Demócrito captaba más de lo que podía ver, y el resultado fue la teoría atómica.
Considerar el precio
Las obras de Miguel Ángel exploraban muchas facetas de la vida de Jesús. En la década de 1540, bocetó una pieta (un dibujo de la madre de Jesús sosteniendo el cuerpo del Cristo muerto) para su amiga Vittoria Colonna. Dibujado en tiza, el boceto muestra a María mirando al cielo mientras abraza a su hijo inerte. Detrás de María, la viga vertical de la cruz reza las siguientes palabras del Paraíso, de Dante: «Nadie piensa en la cantidad de sangre que cuesta». Al contemplar la muerte de Jesús, debemos considerar el precio que pagó.
Como Jesús
Cuando era niño, el teólogo Bruce Ware estaba frustrado de que 1 Pedro 2:21-23 nos llamara a ser como Jesús. En su libro El Hombre Cristo Jesús, escribió sobre su exasperación juvenil: «No es justo, decidí. En especial cuando el pasaje dice que sigamos las pisadas de uno que “no hizo pecado”. Era totalmente disparatado […]. No podía entender que Dios pretendiera que lo tomáramos en serio».
Los lugares más profundos
Víctor Hugo (1802-1885), poeta y novelista durante las revueltas sociales y políticas del siglo xix en Francia, tal vez sea más famoso por su obra clásica Los miserables. Más de un siglo después, una adaptación musical de su novela se convirtió en una de las producciones más populares de nuestra era. Esto no debería sorprendernos. Una vez, dijo: «La música expresa lo que no se puede decir y aquello sobre lo que es imposible guardar silencio».
El lenguaje de la cruz
El pastor Tim Keller dijo: «Nadie aprende quién es por lo que se le dice. Hay que mostrárselo». En un sentido, es como el dicho: «Las acciones hablan más fuerte que las palabras». Los cónyuges se demuestran aprecio al escucharse y amarse. Los padres manifiestan cuánto valoran a los hijos al amarlos y cuidarlos. Los entrenadores les transmiten a los deportistas sobre el potencial que tienen al invertir en su desarrollo. Y los ejemplos continúan. Asimismo, otra clase de acciones comunican mensajes mucho más oscuros.
Instrumentos de paz
Cuando la Primera Guerra Mundial se desató en 1914, el estadista británico Sir Edward Grey declaró: «Se están apagando lámparas por toda Europa; no las veremos encenderse otra vez mientras vivamos». Tenía razón. La guerra dejó veinte millones de muertos y veintiún millones de heridos.
Los dragones de la vida
¿Alguna vez luchaste con un dragón? Si respondiste que no, el escritor Eugene Peterson no concuerda contigo. En su libro Una larga obediencia en la misma dirección, escribió: «Los dragones son proyecciones de nuestros miedos […]. Un campesino que se confronta con un enorme dragón es totalmente superado». Su idea es que la vida está llena de dragones: problemas graves de salud, pérdidas repentinas de trabajo, matrimonios fracasados, hijos descarriados. Contra estos peligros y fragilidades enormes de la vida no podemos luchar solos.
Adioses y holas
Cuando mi hermano David murió repentinamente de un infarto cardíaco, mis perspectivas sobre la vida cambiaron de forma dramática. Era el cuarto de siete hermanos, pero el primero en morir; y lo inesperado de su partida me llevó a reflexionar sobre muchas cosas. Al parecer, a medida que los años nos iban llegando, el futuro de nuestra familia estaría más marcado por pérdidas que por ganancias. Se iba a caracterizar más por adioses que por holas.
Un desfile de colores
Londres es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. En 1933, el periodista Glyn Roberts escribió sobre la gran capital de Inglaterra: «Todavía pienso que el desfile de personas, colores e idiomas es de lo mejor de Londres». Ese «desfile» aún se ve hoy en la mezcla de olores, sonidos e imágenes de una comunidad global. La belleza de…
Destreza asombrosa
El líder de nuestro grupo de canto en la universidad nos dirigía y acompañaba en el piano al mismo tiempo, equilibrando talentosamente ambas responsabilidades. Cuando terminó el concierto, se lo veía bastante cansado, así que le pregunté si estaba bien. Respondió: «Nunca tuve que hacer esto antes». Y explicó: «El piano estaba tan desafinado que tuve que tocar todo en…