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Articles by Arthur Jackson

Tirantes, ladrillos y Dios

Después de orar sobre lo que Dios los llamaba a hacer en la próxima etapa de sus vidas, Marcos y Nina decidieron mudarse al centro de la ciudad. Compraron una casa y empezaron a restaurarla… hasta que llegó la tormenta. Marcos me escribió: «Esta mañana tuvimos una sorpresa. El tornado que pasó derrumbó nuestra renovación; hasta los tirantes y los ladrillos. Dios tiene algo entre manos».

Más fuerte que el odio

Veinticuatro horas después de la trágica muerte de su madre, Chris expresaba estas poderosas palabras llenas de gracia: «El amor es más fuerte que el odio». Junto con otras ocho personas, ella había sido asesinada en un estudio bíblico de los miércoles por la noche en Carolina del Sur. ¿Qué moldeó de tal manera la vida de este joven para que esas palabras fluyeran de sus labios y su corazón? Chris es un creyente en Cristo cuya madre había «amado a todos con todo el corazón».

Cumplir las promesas

La seriedad de las promesas a Sonia hicieron que Jonatán titubeara mientras repetía los votos matrimoniales. Pensó: ¿Cómo puedo prometer esto y pensar que es imposible cumplirlo? La ceremonia terminó, pero el peso de su compromiso continuó. Después de la recepción, Jonatán llevó a su esposa a la capilla, donde oró durante más de dos horas para que Dios lo ayudara a cumplir su promesa de amar y cuidar a Sonia.

¡Habla!

Brenda exclamó a su compañera de trabajo en el restaurante: «¡Ese es el hombre! ¡Ese es el hombre!». Se refería a Melvin, a quien había conocido antes bajo circunstancias diferentes. Mientras cortaba el césped de la iglesia, el Espíritu lo impulsó a hablar con una mujer que parecía ser prostituta. Cuando la invitó a la iglesia, ella respondió: «¿Usted sabe lo que hago? No querrían que entrara». Cuando Melvin le habló del amor de Jesús y de su poder para cambiar su vida, ella comenzó a llorar. Unas semanas después, Brenda estaba trabajando en un entorno distinto… una prueba viviente del poder de Cristo para cambiar vidas.

Solo confía

Trescientos niños estaban sentados para el desayuno, y se oró dando gracias por los alimentos. ¡Pero no había comida! Situaciones así eran habituales para el director del orfanato y el misionero Jorge Müller. Esta era otra oportunidad de ver cómo proveería Dios. Minutos después de orar, apareció en la puerta un panadero que no había podido dormir la noche anterior.…

Corrección amable

El clima primaveral era renovador, y tenía una excelente compañera de viaje, mi esposa. Pero lo hermoso de ese tiempo juntos se podría haber transformado en una tragedia de no haber sido por un cartel rojo y blanco que me indicaba que iba en la dirección equivocada. Al doblar, vi de repente una señal que me miraba fijo y decía:…

Sus cicatrices

Después de conversar con Gabriel, imaginé por qué su saludo preferido era un «golpe con el puño» en lugar de dar la mano. Saludar dando la mano revelaría las cicatrices en su muñeca, resultado de sus intentos de hacerse daño. No es extraño que escondamos nuestras heridas —internas o externas—, causadas por otros o autoinfligidas.

Tras aquella conversación, pensé en las…

Cancelar la deuda

Los presentes en la ceremonia de graduación en 2019 de Morehouse College, en Atlanta, Georgia quedaron pasmados cuando el orador anunció que él y su familia donarían millones de dólares para cancelar la deuda estudiantil de todos los graduados. Un alumno —con 100.000 dólares en préstamos— estaba entre aquellos que expresaban su alegría con lágrimas y exclamaciones.

La mayoría hemos tenido deudas de alguna…

Juntos, ganamos

En medio de la noche, el pastor Samuel Baggaga recibió una llamada para que fuera a la casa de un miembro de la iglesia. Cuando llegó, el fuego envolvía el lugar. El padre, aunque estaba quemado, había vuelto a entrar para rescatar a una de sus hijas, y salió con ella inconsciente. En esa zona rural de Uganda, el hospital estaba…

Aprender de los niños

Cuando recorríamos con un amigo los barrios marginales de Nairobi, Kenia, nos abatió profundamente la pobreza que vimos. No obstante, en ese mismo entorno, diferentes emociones —como aguas frescas— se nos despertaron al ver a niños corriendo y gritando: «¡Mchungaji, Mchungaji!» («pastor» en suajili). Tal fue su reacción al ver a su líder espiritual en el vehículo con nosotros. Así recibían…