Las decisiones importan
La agenda del pastor Damián incluía visitar en distintos hospitales a dos personas cercanas a la muerte que habían elegido diferentes formas de vivir. En uno, estaba una mujer amada por su familia. Muchos la apreciaban por su generoso servicio público. Otros creyentes en Jesús se habían reunido a su alrededor, y las oraciones y la esperanza llenaban la habitación. En el otro, el pariente de un miembro de la iglesia de Damián también estaba muriendo. Su corazón duro lo había llevado a una vida difícil, y su desordenada familia sufría por las malas decisiones de él. Las diferencias de atmósfera reflejaban el contraste entre sus vidas.
Haciendo el bien para Dios
Aunque, por lo general, Patricio no llevaba dinero encima, sintió que Dios lo guiaba a meter un billete de cinco dólares en el bolsillo antes de salir de su casa. Durante el almuerzo, en la escuela donde trabajaba, entendió por qué Dios lo había preparado para satisfacer una necesidad urgente. En medio del bullicio, oyó decir: «Esteban necesita cinco dólares para poner en su cuenta y poder almorzar el resto de la semana». ¡Imagina la emoción de Patricio al dar su dinero para ayudar a Esteban!
Listo para la restauración divina
¡Las fotos que me envió un amigo eran asombrosas! Un regalo sorpresa para su esposa mostraba un Ford Mustang 1965 restaurado: brillante color azul, llantas de cromo, tapizado interior negro y un motor totalmente moderno. También había fotos de «antes»: una versión amarilla sin brillo, deteriorada y mediocre. Es probable que cuando salió de la línea de montaje, llamara la atención, pero el tiempo, el uso, y otros factores lo habían dejado listo para una restauración.
Almas atribuladas, oraciones sinceras
Tres días antes de que una explosión sacudiera su casa en 1957, el Dr. Martin Luther King Jr. tuvo un encuentro que lo marcaría por el resto de su vida. Después de recibir una llamada telefónica amenazante, consideró abandonar el movimiento de los derechos civiles. Después, empezó a orar. «Estoy defendiendo lo que creo que es correcto. Pero ahora tengo miedo. No me queda nada. Sé que no puedo enfrentarlo solo». King señaló: «Casi de inmediato, mis temores empezaron a desaparecer. Mi incertidumbre se desvaneció. Estaba listo para enfrentar lo que fuera».
Cuenta de la bondad de Dios
El tiempo de testimonios era el segmento en nuestra reunión en la iglesia cuando las personas contaban cómo había obrado Dios en sus vidas. Auntie —o hermana Langford, como la conocían otros en nuestra congregación— se destacaba por las numerosas alabanzas en sus testimonios. Cuando compartía la historia de su conversión, era de esperar que ocupara gran parte de la reunión. ¡Su corazón rebosaba de alabanzas a Dios, quien, por gracia, había transformado su vida!
Una puerta para todos
Los protocolos en el restaurante del vecindario de mi niñez eran consistentes con las dinámicas sociales y raciales de finales de la década de 1950 y principios de la de 1960. Los ayudantes de cocina —María, la cocinera, y los lavaplatos como yo— éramos negros; sin embargo, los dueños eran blancos. Los clientes negros podían pedir comida, pero tenían que retirarla por la puerta trasera. Tales políticas reforzaban el trato desigual de los negros en esa época. Aunque se ha avanzado mucho, aún hay mucho por hacer con respecto a cómo relacionarnos unos con otros como personas hechas a la imagen de Dios.
Bondad extrema
Kevin Ford, empleado de un restaurante de comida rápida, nunca había faltado a su turno durante 27 años. Después de que apareció en internet un video que mostraba su humilde gratitud por un modesto regalo que había recibido para conmemorar sus décadas de servicio, miles de personas se unieron para mostrarle bondad. «Es como un sueño hecho realidad», dijo cuando una organización recaudó 250.000 dólares en solo una semana.
Afligido pero esperanzado
Después de la invitación del pastor al final de la reunión en la iglesia, Latriece pasó al frente. Cuando le pidieron que saludara a la congregación, nadie estaba preparado para sus palabras profundas y maravillosas. Se había mudado de Kentucky después de que unos tornados devastadores en diciembre de 2021 se habían llevado la vida de siete de sus familiares. «Todavía puedo sonreír porque Dios está conmigo», dijo. Aunque las pruebas la habían lastimado, su testimonio fue un poderoso aliento para los que estaban enfrentando dificultades personales.
¡Lávame!
«¡Lávame!». Aunque esta palabra no estaba escrita en mi auto, podría haber estado. Así que, salí hacia un lavadero, y lo mismo hicieron otros conductores que querían quitar la mugre que había quedado de los caminos con sal después de una tormenta de nieve reciente. Las filas eran largas y el servicio, lento. Pero valió la pena esperar: me fui con el auto limpio y, como compensación por el retraso, ¡el lavado fue gratis!
Textos, trabas y triunfos
Jaime no dejó que la agitación social, el peligro y la incomodidad le impidieran viajar a uno de los países más pobres del mundo, para alentar a misioneros. La sucesión constante de mensajes de texto revelaba los desafíos que enfrentaba: «Muchachos, activen la cadena de oración. Solo avanzamos 15 kilómetros en dos horas… el auto se sobrecalienta». Los inconvenientes hicieron que llegara justo antes de la medianoche para predicar a quienes habían esperado cinco horas. Luego, recibimos un mensaje con un tono diferente: «Asombroso; unas doce personas pasaron al frente para orar. ¡Fue una noche poderosa!».