Cuando estamos cansados
A veces, tratar de hacer lo correcto puede ser agotador. Nos preguntamos: ¿Mis palabras y acciones bien intencionadas sirven para algo? Esto me sucedió hace poco, cuando le mandé un correo redactado con cuidado y en oración a una amiga, para alentarla, y lo único que recibí fue una respuesta de fastidio. Mi reacción inmediata fue una mezcla de dolor y enojo. ¿Cómo pudo malinterpretarme tanto?
Dios nos cuida
A mis nietos pequeños les encanta vestirse solos. A veces, se ponen las camisas al revés, y, a menudo, el más chico tiene los zapatos en el pie equivocado. Por lo general, me da pena decírselo. Además, su inocencia me enternece.
Jesús sabe por qué
Tengo amigos que, a pesar de haberse curado parcialmente, siguen luchando con aspectos dolorosos de sus enfermedades. Otros han superado adicciones, pero siguen sintiéndose relegados e inseguros. Entonces, me pregunto: ¿Por qué Dios no los sana completamente; de una vez por todas?
Aun si no
A veces, la vida nos lanza un golpe tremendo. Otras, algo milagroso sucede.
Como un niño
La niña se movía con alegría y gracia al compás de la música de alabanzas. Era la única en el pasillo de la iglesia, pero eso no impedía que girara, moviera los brazos y levantara los pies con la melodía. Su madre, sonriente, no trató de detenerla.
Ir adonde Él guía
Cuando era niña, me encantaba ir a las reuniones del domingo por la noche en la iglesia. Eran emocionantes porque podía escuchar a misioneros y otros oradores invitados. Sus mensajes me inspiraban debido a su disposición a dejar familia y amigos —a veces, casas, posesiones y profesiones— para ir a lugares extraños, desconocidos y, en ocasiones, peligrosos para servir a Dios.
Amigos insólitos
Mis amigos de Facebook suelen publicar videos enternecedores de animales cuya amistad parece insólita: un perrito y un cerdo inseparables, un ciervo y un gato, y una hembra orangután amamantando varios cachorros de tigre.
Gozo
Estoy acercándome rápidamente a una nueva temporada: el «invierno» de la tercera edad; pero todavía no he llegado. Aunque los años pasan volando y, a veces, me gustaría frenarlos, tengo un gozo que me sostiene. Cada día es una nueva jornada que el Señor me da. Con el salmista, puedo decir: «Bueno es alabarte, oh Señor […]; anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche» (Salmo 92:1-2).
Jesús ama a Maysel
Cuando mi hermana Maysel era pequeña, cantaba a su manera una canción conocida: «Cristo ama a Maysel, pues la Biblia dice así». ¡Me irritaba muchísimo escuchar eso! Como una de sus hermanas mayores y «más sabia», sabía que las palabras eran «Cristo me ama, me ama a mí», no «a Maysel». Sin embargo, ella insistía en cantarla a su manera.
Un gran amor
Hace poco, llevamos a Moriah, nuestra nieta de 22 meses, a dormir a casa por primera vez sin sus hermanos mayores. Le brindamos muchísimo amor y atención ininterrumpida, y nos divertimos haciendo lo que a ella le gusta. Al día siguiente, después de llevarla a su casa, nos despedimos y nos dirigimos a la puerta. Entonces, Moriah tomó su bolsito, que todavía estaba junto a la puerta, y comenzó a seguirnos.