¡No soy nadie! ¿Quién eres tú?
En un poema que comienza diciendo: «¡No soy nadie! ¿Quién eres tú?», Emily Dickinson desafía en broma todo el esfuerzo que la gente tiende a hacer para ser «alguien», mientras defiende la alegre libertad del anonimato. Porque: «¡Qué terrible ser alguien! / ¡Cuán vulgar, como una rana, / repetir tu nombre todo el santo día / ante un charco que te admira!».
Cada dolor
La poeta Emily Dickinson escribió: «Mido cada dolor que encuentro. / Con ojos entrecerrados e inquisitivos / me pregunto si su peso es como el mío / o tiene un tamaño menor». El poema es una reflexión conmovedora de cómo sobrellevan las personas las formas particulares en que fueron heridas durante la vida. Casi vacilante, con su único solaz en el «lacerante consuelo» de ver sus heridas reflejadas en las del Salvador en el Calvario, concluye: «Aun fascinada de presumir / que algunas… son como las mías» (trad. lit.).
Nuestro lugar seguro
Debbie Stephens Browder, maestra jubilada, se propuso convencer a tantas personas como sea posible de plantar árboles. ¿La razón? El calor. Las temperaturas extremas son la mayor causa climática de muerte en los Estados Unidos. Browder dice: «Empiezo con los árboles». El toldo que brindan los árboles es una manera importante de proteger a las comunidades. «Es una cuestión de vida o muerte; no solo de embellecer el entorno».
Correr por lo importante
Fue imposible no llorar ante la información del estado de mi amiga Ira. En 2022, pocos días después de dejar su casa en Kiev, la asediada capital de Ucrania, compartió una imagen de ella en el pasado, sosteniendo la bandera de su país tras participar en una carrera. Escribió: «Todos estamos corriendo lo mejor que podemos en una maratón llamada vida. Corramos estos días aún mejor que eso; con algo en nuestro corazón que nunca muere». Durante los días siguientes, vi las numerosas formas en que mi amiga seguía corriendo esa carrera, manteniéndonos actualizados sobre cómo orar y apoyar a quienes sufrían en su país.
Gracia mansa de Dios
«Di toda la verdad, pero dila sesgadamente», escribió la poeta Emily Dickinson, sugiriendo que, como la verdad y la gloria de Dios son algo «demasiado brillante» para que los seres humanos vulnerables las entiendan o las reciban por completo de una vez, es mejor que compartamos la gracia y la verdad divinas de formas «sesgadas»; es decir, mansas, indirectas. Porque «la Verdad debe resplandecer gradualmente / o todo hombre será ciego».
La ayuda de Dios para el futuro
Según la psicóloga Meg Jay, nuestra mente tiende a pensar en nuestro yo futuro de forma similar a como lo hacemos con respecto a los desconocidos. ¿Por qué? Tal vez se deba a lo que se llama a veces «brecha de empatía». Puede ser difícil ser sensible a las personas que no conocemos personalmente; incluso a versiones futuras de nosotros mismos. Por eso, Jay trata de ayudar a los jóvenes a imaginar cómo serán en el futuro y dar pasos para ocuparse de ellos, allanándoles el camino para que persigan sus sueños y no se rindan.
La humildad es la verdad
Un día, mientras reflexionaba en por qué Dios valora tanto la humildad, la creyente del siglo xvi, Teresa de Ávila, se dio cuenta repentinamente de la repuesta: «Es porque Dios es la Verdad suprema, y la humildad es la verdad […]. Nada bueno surge de nosotros mismos, sino que procede de las aguas de gracia, cerca de las cuales el alma permanece, como un árbol plantado junto a un río, y a partir de ese Sol que da vida a nuestras obras». Teresa concluyó que la oración es el medio por el cual nos anclamos en esa realidad, porque «el fundamento total de la oración es la humildad. Cuanto más humildes somos al orar, más nos exaltará Dios».
Amor confiable
Hace años, tomé la dolorosa decisión de alejarme de una persona muy cercana a mí, después de intentar hablarle de un comportamiento profundamente hiriente y solo recibir rechazo y negación de su parte. Hoy, cuando supe que estaba en la ciudad, mi mente comenzó a revolver una y otra vez el pasado.
Tristeza esculpida
Después de recibir el devastador diagnóstico de un raro e incurable cáncer de cerebro, Carolina recuperó esperanza y perspectiva con una actividad singular: servicios de fotografía para niños enfermos críticos y sus familias. De ese modo, podían capturar momentos preciosos compartidos con sus hijos, tanto dolorosos como de gracia y belleza que supuestamente no existen en esos lugares. Señaló: «En los momentos más difíciles imaginables, esas familias […] escogieron el amor, a pesar y a causa de todo aquello».
Toda ciencia trascendiendo
Fue un día difícil cuando mi esposo se enteró de que, como muchos otros, sería despedido de su empleo por la pandemia de COVID-19. Estábamos seguros de que Dios supliría nuestras necesidades, pero la incertidumbre sobre cómo lo haría era también aterradora.