Lectura de hoy: Salmo 23

Porque tú estarás conmigo. -Salmo 23:4

En su último año de vida, mi padre sufrió alucinaciones. Él las llamaba «sueños vívidos», un síntoma de la enfermedad de Parkinson. Vivía en un confuso crepúsculo de vigilia somnolienta y sueño onírico. Una vez, en mitad de la noche, me llamó. Me dijo que estaba en un lugar extraño que le parecía real. Era un sueño vívido, pero estaba despierto. Con voz quebradiza, preguntó:

«Ken, ¿eres real?». Fue desgarrador, pero me las arreglé para responder: «Sí, papá, ahora estoy aquí contigo. De verdad».

A menudo, nos encontramos en un lugar extraño, preguntándonos si Dios es real y necesitando desesperadamente su presencia. En esos momentos, recurrimos al consuelo del Salmo 23 y a su mensaje: Dios está con nosotros. De verdad. Camina con nosotros por «delicados pastos» y «aguas de reposo» (v. 2) y por nuestro «valle de sombra de muerte» (v. 4). Es un cuadro extraordinario de la presencia íntima de Dios, que culmina con la promesa susurrada: «Tú estarás conmigo» (v. 4). Esta promesa encuentra su cumplimiento en Jesús, que vino a vivir entre nosotros.

Al final, mi padre estaba en un estado de sueño inconsciente en una residencia. Pero cuando empecé a cantar un himno que le encantaba, «Su ojo está en el gorrión», papá se giró lentamente en su cama, miró al cielo y empezó a cantar conmigo: «Canto porque soy feliz… Él vela por mí». Yo no podía atravesar la niebla mental de papá, pero Dios sí. Dios estaba presente con mi padre. Y Él está presente contigo. Ahora mismo. En este momento. De verdad.

Ken Petersen

¿Cuándo sientes más la presencia de Dios?

¿Cuándo sientes que Él no es real en tu vida?

Querido Dios, busco tu consuelo. Por favor, ayúdame a sentir tu presencia en mi vida.