Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. – JUAN 15:13
Lectura bíblica para hoy: Lucas 23:32-46
Guillermo y su esposa viajaban por las Montañas Rocosas, cuando un camión que pasó sumamente cerca hizo que su automóvil empezara a tambalearse, se saliera del camino y cayera en el Río Colorado. Después de esforzarse para salir del vehículo que se hundía, lucharon frenéticamente contra la corriente. El conductor de un camión, que había visto el accidente, corrió por la ribera y les arrojó una soga. Guillermo nadó hasta donde estaba su esposa, la sujetó y la arrastró hasta hacer que se aferrara a la soga… y el otro hombre, desde la orilla, la sacó. Sin embargo, el agua arrastró a Guillermo y no sobrevivió. Había dado su vida por la mujer que amaba.
Dar la vida para que otra persona viva es la máxima demostración de amor. La noche que Jesús fue traicionado, les contó a sus discípulos que tenía el propósito de entregar su vida por la humanidad. Dijo: «Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Y después, dio el supremo ejemplo de sacrificio personal al ir a la cruz.
¿Alguna vez pensaste que Jesús hizo eso por ti; que murió en tu lugar? Al hacerlo, no solo demostró que te ama, sino que también hizo posible que tus pecados fueran perdonados y tuvieras un hogar eterno en el cielo.
El sacrificio de Cristo era lo que Dios demandaba y lo que nuestro pecado exigía.