«Lo amo, como un mundo entero»
Mi sobrina de tres años, Jenna, tiene una expresión que siempre me derrite el corazón. Cuando le encanta algo (realmente lo ama) —ya sea pastel de banana, saltar en el trampolín o jugar frisbee— exclama: «Lo amo, como un mundo entero», acompañando ese «mundo entero» con expresivos movimientos de los brazos.