Vida bien regada
Tengo un amigo que vive en una finca ganadera en las amplias llanuras de Montana, en Estados Unidos. El camino hasta su casa es un sendero largo a través del terreno seco y árido del desierto, pero se destaca del resto por la hilera de árboles verdes y la vegetación frondosa que lo circunda. Uno de los ríos más hermosos para pescar truchas atraviesa la propiedad, y todo lo que crece cerca de sus orillas experimenta los beneficios de una fuente inagotable de agua revitalizadora.
Fiesta de cumpleaños
Me encantaban los cumpleaños. Aún recuerdo estar delante de la puerta de mi casa, esperando con entusiasmo que mis amigos llegaran a mi fiesta cuando cumplí cinco años. No solo me alegraban los globos, los regalos y el pastel, ¡sino también que ya no seguía teniendo cuatro años!… estaba creciendo.
Responder al clamor
Cuando mis nietos eran pequeños, mi hijo los llevó a ver el musical El rey león. Cuando Simba, el león joven, se paró junto a su padre, el rey Mufasa, que había sido asesinado por su malvado tío, el pequeño, asustado y solo, exclamó: «¡Auxilio, auxilio, auxilio!». En ese momento, mi nieto de tres años se paró en su butaca, en medio del silencio del teatro, y gritó: «¡¿Por qué nadie lo ayuda?!».
La bella esposa
He participado en muchas ceremonias de casamiento. Por lo general, planeada según los sueños de la novia, cada boda es única. Pero hay algo similar en todas: con sus vestidos adornados, el cabello maravillosamente peinado y sus rostros resplandecientes, las novias son el centro de todas las miradas.
En el vecindario
El vecindario estaba alborotado: un famoso deportista profesional se mudó cerca de donde vivíamos. Lo habíamos visto en televisión y leído sobre sus grandes habilidades deportivas, pero nunca imaginamos que decidiría vivir en nuestro barrio. Al principio, pensamos que le daríamos la bienvenida y que todos seríamos buenos amigos, pero él estaba demasiado ocupado como para que lo conociéramos personalmente.
Recuerda el envoltorio
En Navidad, todos los años se repiten en casa algunos acontecimientos. Por ejemplo, el aviso de mi esposa a nuestros hijos y nietos cuando abren sus regalos: «No rompan el papel, ¡podemos usarlo el año que viene!». A ella le encanta hacer regalos bonitos, pero también le importa mucho el envoltorio. La presentación es parte de la belleza del contenido.
¿De qué lado estás?
En el fragor de la Guerra Civil Estadounidense, uno de los asesores del presidente en aquel momento dijo que daba gracias de que Dios estuviera del lado de ellos. El presidente respondió: «Señor, lo que más preocupa no es que Dios esté de nuestro lado, sino que nosotros estemos del lado de Él, porque Él siempre hace lo correcto».
El honor de seguir
Mientras visitaba Israel, un amigo mío vio a un viejo rabino caminando junto al Muro de los Lamentos. Lo interesante era que cinco hombres jóvenes iban detrás de él. También caminaban inclinados y con dificultad, como su maestro. Un judío ortodoxo sabría exactamente por qué lo imitaban: eran sus «seguidores».
¡Quita las manos!
Recuerdo que, cuando era niño, jugaba a pescar manzanas con la boca; un juego que exigía que tuviera las manos atadas sobre la espalda. Tratar de atrapar con los dientes una manzana que flotaba, sin usar las manos, era frustrante. Me hizo pensar en la importancia de las manos: las usamos para comer, saludar y hacer casi todo lo vital para nuestra existencia.
Limpiar el armario
Hasta hoy, puedo oír a mi madre diciéndome que fuera a ordenar mi cuarto. Obedientemente, iba y empezaba a hacerlo, pero enseguida me distraía leyendo el libro de historietas que, supuestamente, debía guardar. Poco después, la distracción terminaba cuando ella me advertía que, en cinco minutos, iría a revisarlo. Como no podía acomodar todo en tan poco tiempo, escondía en el armario lo que no sabía dónde poner, hacía la cama y esperaba que ella entrara… deseando que no revisara el armario.