¿Acopiar o acaparar?
Alfombras, lámparas, lavarropas y secarropas, incluso alimentos en los anaqueles… ¡todo estaba en venta! Un día, con mi esposo nos detuvimos en una casa donde se vendía toda clase de cosas. Quedamos pasmados ante la cantidad de artículos que había. Platos de todas clases cubrían la mesa del comedor; decoraciones navideñas llenaban el pasillo delantero; herramientas, autos de juguete, tableros de juegos de mesa y muñecas antiguas inundaban el garaje. Cuando nos fuimos, me pregunté si los dueños se mudarían, necesitarían desesperadamente dinero o se habrían muerto.
Seguridad total
En un antojo, compré un globo de papel metalizado rojo en la tienda de comestibles. Llevaba escrito con letras redondeadas y sobresalientes el mensaje: «Te amo». Mientras colocaba las bolsas en mi automóvil, el hilo del globo se me deslizó entre los dedos. Allí quedé observando mientras se alejaba volando, hasta que pronto se convirtió en un simple punto rojo y, al final, solamente en un recuerdo.
Vuelo de pájaro
Una noche, después de la cena, un pajarito marrón entró volando a nuestra casa por la puerta delantera. Entonces, comenzó la persecución. Cada vez que mi esposo se le acercaba, el pequeño intruso revoloteaba desesperado buscando una salida. Antes que pudiéramos escoltarlo a salvo hacia fuera, la avecilla recorrió la casa tan frenéticamente que podíamos ver que el pecho le vibraba por los rápidos latidos del corazón.