Dador alegre
Nicolás, que nació en el siglo iii, no tenía idea de que, siglos después de su muerte, se lo conocería como Santa Claus. Era solo un hombre que amaba a Dios y se interesaba por las personas, y lo conocían por su generosidad y sus buenas obras. Cuenta la historia que, cuando se enteró de que una familia estaba pasando una gran necesidad financiera, Nicolás fue a su casa de noche y arrojó una bolsa de oro por una ventana abierta, la cual cayó sobre un zapato o un calcetín que se calentaba junto a la chimenea.
Acciones valerosas
John Harper no tenía idea de lo que estaba por suceder cuando se embarcó en el Titanic con su hijita de seis años. Pero sí sabía algo: amaba a Jesús y deseaba con pasión que otros lo conocieran. Apenas el barco chocó contra un iceberg y el agua comenzó a entrar, Harper, que era viudo, puso a su hijita en un bote salvavidas y se dirigió al caos para salvar a todas las personas que pudiera. Mientras distribuía chalecos salvavidas, se dice que gritaba: «¡Que las mujeres, los niños y los que no son salvos entren a los botes!». Hasta su último aliento, Harper habló de Jesús con todo el que lo rodeara. Dio su vida para que otros pudieran vivir.
Día del ánimo
Los socorristas siempre muestran dedicación y valentía cuando ocurren desastres. En el ataque al World Trade Center, en 2001, cuando miles de personas murieron o quedaron heridas, más de 400 trabajadores de emergencias también perdieron la vida. En honor a ellos, el Senado de los Estados Unidos declaró el 12 de septiembre Día Nacional del Ánimo.
Tocar al necesitado
No sorprendió que Teresa de Calcuta recibiera el Premio Nobel de la Paz, «en nombre de los hambrientos, los desnudos, los que no tienen hogar, los ciegos, los leprosos; todos los que se sienten despreciados, sin amor y desprotegidos por la sociedad». A esas personas sirvió durante la mayor parte de su vida.
Jesús dio el ejemplo de cómo ocuparse y…
Ojos eternos
Ojos eternos; esto es lo que mi amiga Madeline pide en oración que tengan sus hijos y nietos. Su familia atravesó un período difícil que terminó con la muerte de su hija. Ante esa horrorosa pérdida, Madeline anhela que su familia no pierda la visión, consumida por el dolor de este mundo, sino que vea cada vez más allá, a…
El regalo de la paz
«Creo en Jesús, mi Salvador; no temo a la muerte», dijo Barbara Bush —esposa del expresidente de los Estados Unidos, George Bush— a su hijo antes de morir. Esta maravillosa declaración de confianza revela una fe poderosa y bien arraigada, que le permitió experimentar la paz de Dios que viene de conocer a Jesús; aun ante la muerte.
Simeón, un habitante…
Nuestro Padre canta
A Daniel le encanta alentar a la gente con canciones. Un día, estábamos almorzando en su restaurante favorito, y notó que una camarera estaba teniendo un día difícil. Le hizo unas preguntas y, luego, empezó a cantar suavemente una canción pegadiza y alegre para alentarla. «Ay, ¡qué amable, señor! Usted me alegró el día. Muchísimas gracias», dijo ella con una…
En lugar de vengarse
Después de que tribus aucas asesinaran a Jim Elliot y otros cuatro misioneros en 1956, nadie esperaba lo que sucedió después. Elisabeth, la esposa de Jim, su hija menor y la hermana de otro misionero decidieron ir a vivir entre las mismas personas que habían matado a sus seres queridos. Pasaron varios años entre la comunidad auca, aprendiendo su idioma…
¿Hay esperanza?
Edward Payson tuvo una vida sumamente difícil. La muerte de su hermano menor lo destrozó. Padecía bipolaridad, y durante días, sufría terribles migrañas. Como si eso fuera poco, quedó paralítico de un brazo al caerse de un caballo, ¡y casi muere de tuberculosis! Lo sorprendente es que no se desanimó ni perdió las esperanzas. Sus amigos dijeron que antes de…
La puerta de reconciliación
En la Catedral de San Patricio, en Dublín, Irlanda, hay una puerta que cuenta una historia de hace cinco siglos. En 1492, dos familias —los Butler y los FitzGerald— empezaron a luchar por un puesto destacado en la región. Cuando la lucha se intensificó, los Butler se refugiaron en la catedral. Cuando los FitzGerald fueron por una tregua, los Butler…