Un Padre presente
En su libro Fatherless Generation [Generación sin padre], John Sowers escribe que «ninguna generación ha visto tanta ausencia intencional de padre como esta, con veinticinco millones de niños creciendo en hogares monoparentales». En mi caso, si me hubiera cruzado con mi padre en la calle, no lo habría conocido. Mis padres se divorciaron cuando yo era niño, y todas sus fotos fueron quemadas. Así que, por años, me sentí sin padre. Pero a los trece años, escuché el Padrenuestro (Mateo 6:9-13) y me dije: Tal vez no tengas un padre terrenal, pero ahora tienes a Dios como tu Padre celestial.
Vencer el miedo
El miedo dominó a un hombre durante 32 años. Por temor a ser atrapado por sus delitos, se escondió en la granja de su hermana, sin ir a ninguna parte ni visitar a nadie; incluso faltando al funeral de su madre. Cuando cumplió 64 años, se enteró de que nunca habían presentado cargos contra él, así que pudo retomar su vida normal. Sí, la amenaza de ser castigado era real, pero él permitió que el temor al castigo lo controlara.
Seguir avanzando
Al pasar junto a una ventana que da al exterior del edificio donde trabajo, quedé asombrado ante la belleza de una flor que estaba creciendo a través de una grieta en el pavimento que cubría el suelo. A pesar de su circunstancia
adversa, la planta había encontrado un punto de apoyo,echado raíces en la árida grieta, y estaba floreciendo. Después,…
Imperfectos, pero amados
En Japón, los productos alimenticios se preparan y empaquetan a la perfección. Debido al énfasis en la calidad, los productos con defectos incluso imperceptibles suelen descartarse. Pero, recientemente, los productos wakeari se han hecho muy populares. Wakeari significa en japonés «hay una razón». Estos productos no se desechan; se venden baratos «por una razón»; por ejemplo, por una grieta en una galleta de arroz.
No te rindas
El Monte Tianmen, en China, es considerado una de las montañas más hermosas del mundo. Para ver sus elevadísimos acantilados en todo su glorioso esplendor, hay que tomar el teleférico Tianmen Shan, que recorre una distancia de 7.455 metros (4,5 millas). Es asombroso que este teleférico pueda cubrir semejante trayecto y subir laderas tan empinadas sin un motor interno. Sin embargo, asciende seguro a esas enormes alturas al mantenerse firmemente sujeto a un cable movido por un motor poderoso.
El comienzo de la Navidad
Cuando el ángel Gabriel se le apareció a María y, más tarde, a los pastores para darles la buena nueva para el mundo (Lucas 1:26-27; 2:10), ¿esa noticia fue buena para aquella jovencita? Quizá María pensó: ¿Cómo le explico a mi familia que estoy embarazada? ¿Mi novio, José, romperá el compromiso? ¿Qué dirá la gente del pueblo? Aunque me perdonen la vida, ¿cómo voy a sobrevivir siendo madre soltera?
¿Quiénes somos?
En su autobiografía, Corrie ten Boom describió el horror que ella y su hermana Betsie atravesaron en un campo de concentración nazi a principios de la década de 1940. Una vez, las obligaron a quitarse la ropa durante una inspección. Corrie se sentía ultrajada y abandonada. De pronto, recordó que Jesús fue colgado desnudo en la cruz. Con asombro y reverencia, le susurró a su hermana: «Betsie, a Jesús también le quitaron la ropa». Betsie, sacudida ante esa verdad, exclamó: «Ay, Corrie… y yo nunca se lo agradecí».
Las tormentas de la vida
En el libro de Marcos, leemos sobre una tormenta terrible. Los discípulos estaban con Jesús en un barco, cruzando el Mar de Galilea. Cuando «se levantó una gran tempestad de viento», los discípulos, entre los cuales había algunos pescadores experimentados, temieron ahogarse (4:37-38). ¿A Dios no le importaba? ¿No habían sido escogidos por Jesús y eran los más cercanos a Él? ¿No estaban obedeciendo al que había dicho que cruzaran a la otra orilla (v. 35)? ¿Por qué estaban atravesando un momento tan turbulento?
Ejemplo que anima
Se cuenta que, a fines del siglo xix, un grupo de pastores europeos asistió a una conferencia bíblica de D. L. Moody en los Estados Unidos. Como era su costumbre, dejaron los zapatos fuera de la habitación antes de irse a dormir, esperando que los empleados del hotel los limpiaran. Cuando Moody vio los zapatos, les mencionó a otros lo que había que hacer, ya que conocía la costumbre de aquellos hombres. Pero nadie le hizo caso. Entonces, Moody los juntó y él mismo los limpió. Un amigo que, inesperadamente, había ido a su cuarto reveló lo que Moody había hecho. Se corrió la voz y, durante las noches siguientes, otros se turnaron para limpiarlos.
Mantener la unidad
Un hombre que estaba perdido y solo en una isla fue finalmente encontrado. Los que lo rescataron le preguntaron sobre las tres chozas que veían allí, y señalándolas, él contestó: «Esta es mi casa y esa es mi iglesia». Después, señaló la tercera: «Esa es mi ex iglesia». Aunque tal vez nos riamos ante esta tonta historia, ciertamente señala una preocupación sobre la unidad entre los creyentes.